Sin dispositivos tecnológicos, sería muy difícil desarrollar la mayoría de las tareas cotidianas, pero no conviene olvidar que, por útiles que sean, estos dispositivos también tienen un lado oscuro que tiene que ver con cómo afecta al medio ambiente fabricarlos.

Reparación de telefonos móviles kilian seiler unsplash
 

Emisiones y contaminación

En porcentaje, la fabricación de tecnología supone un 3,7% de las emisiones globales, pero puede reducirse. ¿Cómo? Mediante la compra de dispositivos reacondicionados. Haciéndolo, se evitaría un 91% de las emisiones del sector. Es sencillo y, además, te permite ahorrar dinero. Además, obtener las materias primas (como los metales raros) que se necesitan para fabricar dispositivos nuevos puede causar daños ambientales significativos y agotar recursos no renovables. Según la Agencia Francesa para la Transición Ecológica (ADEME) se necesitan 243,6 kg de materias primas para producir un solo teléfono inteligente y 6.551 kg para un único ordenador portátil.

Componentes tóxicos que no se reciclan

A menudo, en la fabricación de dispositivos tecnológicos se utilizan productos químicos peligrosos que pueden contaminar el suelo y el agua en la producción de tecnología nueva. Además, según el Monitor Global de e-Waste, se desconoce el tratamiento del 85% de los residuos que genera la industria de los dispositivos electrónicos de los residuos electrónicos. Sin trazabilidad, nadie puede garantizar que no se viertan, comercialicen o reciclen de forma no conforme o no respetuosa con el medio ambiente. ¿Hay respuesta? Sí, y es comprar productos renovados o reacondicionados: haciéndolo, se puede evitar que la industria consuma el agua recomendada para un adulto durante 103 años por cada móvil, durante 151 en el caso de las tablet, durante 255 años si se trata de un portátil, y 216 años si hablamos de ordenadores de sobremesa.