Todo está conectado y, especialmente, los niveles de deseo sexual y la salud general de los individuos. Así lo afirma, por ejemplo, Lovehoney, empresa especialista en juguetes sexuales para adultos que, en 2014, lanzó Womanizer, el primer juguete específicamente pensado para mujeres. Con la libido por los suelos, explican en un reciente estudio, se corre el riesgo de entrar en lo que denominan un “bucle de retroalimentación” que puede llevar a situaciones anímicas más que complicadas. ¿Son por tanto los juguetes tecnológicos sexuales una vacuna contra la depresión?

 

Soluciones

La salud sexual, detallan desde Womanizer, suele ser un aspecto que a menudo se olvida en tratamientos de enfermedades complejas como el cáncer o, también, las patologías mentales. Por ello, desde distintos organismos reguladores se aboga por la inclusión de información basada en la sexualidad en la atención oncológica, y la psicológica, pero hay un problema: la mayoría de los profesionales no consideran que tengan las habilidades, los conocimientos y la formación adecuadas para proporcionar esta atención. Así, la salud sexual, por lo general, se descuida aunque se la considere, “un aspecto vital de la supervivencia”. Con todo, encuestas que maneja Womanizer, indican que, de 3.000 adultos consultados, una cuarta parte citó la satisfacción sexual como su tercera preocupación más importante. Menos de la mitad afirmaron haber recibido atención específica sobre esta cuestión.

Factores

Las preocupaciones sexuales, y así lo indican diferentes estudios, maximizan el malestar emocional y generan situaciones de “tristeza y depresión” y, también, problemas “con la apariencia y la imagen corporal” y hasta “estigmas negativos en las relaciones íntimas.  Especialmente, estas situaciones se pueden dar en casos de cáncer de mama, incluso después del tratamiento. Así, las masectomías, explican desde Womanizer, “generan una depreciación general del valor del propio cuerpo, una reducción del atractivo percibido y dificultades de salud mental” que incluyen “hasta elementos de desesperanza”.