Nuestro teléfono puede espiarnos si le damos permiso para ello, ya que en muchas ocasiones al descargar ciertas aplicaciones no revisamos los permisos. Como en tantas ocasiones, aceptamos todo sin leer y, al hacerlo, podemos estar autorizando a una aplicación determinada para que use la cámara y el micrófono de nuestro teléfono. De todos modos, no debe cundir el pánico: estas aplicaciones se pueden desinstalar. Se denominan ‘stalkerware’.
¿Qué son?
Las apps de software espía se camuflan como de software de monitoreo de niños y adolescentes o seguimiento familiar. Tienen la capacidad de rastrear y monitorear a un usuario a través de su móvil y se descargan fuera de la App Store o de Google Play. Normalmente, no hay nada en la pantalla de inicio que permita detectarlas. Las utilizan habitualmente empresas que quieren controlar de manera remota los teléfonos de trabajo de sus empleados, padres que quieren controlar a sus hijos o cónyuges celosos. Si están instaladas, hacen que el teléfono se comporte de manera inusual sobrecalentándose o utilizando gran cantidad de datos.
¿Cómo se eliminan?
Lo primero es analizar las aplicaciones descargadas de la tienda de Google y buscar indicios de actividad maliciosa. Seguidamente, conviene comprobar si en el teléfono se ha instalado alguna app denominada ‘Accesibilidad’ o ‘Estado del Dispositivo’. Del mismo modo, es importante comprobar qué aplicaciones tienen acceso a las notificaciones mediante el sistema de configuración de acceso. Las aplicaciones de administración temota permiten hasta espiar la pantalla y los datos. Una vez hayas identificado todo lo que se suponga que no debería estar ahí, marca las aplicaciones e iconos y desinstálalos. Forzar la detención es mala idea: alertaras a quien instaló estas aplicaciones.