Elon Musk sigue con su idea permanente de, algún día, mandar con su cohete Starship gente a Marte. Lejos de la realidad, la verdad es que la octava prueba de Starship ha vuelto a ser un estrepitoso fracaso para la empresa del magnate. A pesar de los esfuerzos por mejorar la nave tras incidentes anteriores, la etapa superior de Starship se desintegró aproximadamente diez minutos después del despegue, en el que era su octavo vuelo, esparciendo escombros sobre el sur de Florida y las Bahamas.

Precedentes de Starship en el vuelo número 7 y mejoras para el octavo vuelo

El séptimo vuelo de prueba de Starship, realizado en enero, también culminó en una explosión. En esa ocasión, la anomalía se atribuyó a una "respuesta armónica" más intensa de lo previsto, lo que provocó un estrés excesivo en el hardware del sistema de propulsión, conduciendo a fugas de propulsor e incendios sostenidos.

Para el octavo vuelo, SpaceX implementó varias mejoras destinadas a mitigar estos problemas. Se reforzaron componentes críticos del sistema de propulsión y se ajustaron los sistemas de control para manejar mejor las respuestas armónicas detectadas en el vuelo anterior. Además, se realizaron pruebas adicionales en tierra para validar la integridad estructural de la nave bajo condiciones de estrés similares a las experimentadas en vuelo.

Càpsula Crew Dragon de Space X de la missió Polaris Dawn

Desarrollo del vuelo de prueba número 8 y causas de la explosión

El octavo vuelo de prueba despegó desde la Starbase en el sur de Texas alrededor de las 0:30 hora peninsular española. Inicialmente, el lanzamiento transcurrió según lo planificado: la nave alcanzó una altitud de 140 kilómetros y la primera etapa, el propulsor Super Heavy, se separó exitosamente y fue recuperada por la torre "Mechazilla".

Sin embargo, durante el ascenso de la etapa superior, varios de los seis motores Raptor dejaron de funcionar, lo que provocó que la nave perdiera estabilidad y comenzara a girar de forma descontrolada. SpaceX perdió contacto con la nave aproximadamente nueve minutos después del despegue. Este fallo resultó en la desintegración de la nave, esparciendo escombros que fueron visibles en el cielo nocturno de regiones como el sur de Florida y las Bahamas.

Los problemas de Starship para completar un vuelo de prueba

La repetición de fallos en los vuelos de prueba de Starship subraya los desafíos técnicos que enfrenta SpaceX en el desarrollo de su nave insignia. A pesar de las mejoras implementadas tras el séptimo vuelo, la persistencia de problemas en el sistema de propulsión y el control de vuelo indica que aún existen áreas críticas que requieren atención.

Estos incidentes no solo representan pérdidas materiales significativas, sino que también afectan la percepción pública y la confianza en el programa. Además, las explosiones en vuelo generan preocupaciones de seguridad, especialmente cuando los escombros caen en áreas habitadas o rutas aéreas comerciales, como ocurrió en este último incidente que obligó al cierre temporal de cuatro aeropuertos en Florida, incluyendo Miami y Fort Lauderdale.

Starship

SpaceX deberá realizar análisis exhaustivos para identificar y corregir las causas subyacentes de estos fallos. La empresa ha demostrado resiliencia y capacidad de aprendizaje en el pasado, lo que sugiere que, aunque los desafíos son significativos, es probable que continúe avanzando hacia su objetivo de desarrollar una nave espacial plenamente operativa y segura.

En conclusión, la explosión del octavo vuelo de prueba de Starship destaca las dificultades inherentes al desarrollo de tecnologías espaciales avanzadas. Cada fallo proporciona datos valiosos que, si se analizan y abordan adecuadamente, pueden conducir a mejoras sustanciales en futuros diseños y operaciones. La comunidad aeroespacial seguirá de cerca los próximos pasos de SpaceX en este ambicioso proyecto.