Además de artefactos aéreos no tripulados (conocidos como drones) existen otros dispositivos militares que se mueven también por control remoto: son los submarinos no tripulados o UVV (por Unmaned Underwater Vehicles). Uno de los más avanzados, el Manta Ray, lo ha diseñado la empresa estadounidense Northrop Grumman y está a punto de completar su periodo de pruebas. Su desarrollo es parte del programa DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency), impulsado en Estados Unidos a finales de los 50 para garantizar la superioridad tecnológica del ejército norteamericano.

 

Uno de los más grandes construidos

El dispositivo destaca por su rendimiento hidrodinámico y por su tamaño. Lo explican, de hecho, sus propios responsables: “Nuestra exitosa prueba a escala completa del Manta Ray valida la preparación del vehículo para avanzar hacia operaciones reales después de ser ensamblado rápidamente en el campo a partir de secciones modulares. La combinación de transporte modular transcontinental, ensamblaje en campo y despliegue subsiguiente demuestra una capacidad sin precedentes para un UUV extra grande. Una vez desplegado, el vehículo utiliza un planeo impulsado por flotabilidad para moverse a través del agua. La nave está diseñada con varias bahías de carga de múltiples tamaños y tipos para permitir una amplia variedad de conjuntos de misiones navales”, explican desde la compañía. El submarino no tripulado Manta Ray tiene como objetivo desarrollar y demostrar una nueva clase de UUV capaces de transportar carga, con larga autonomía y largo alcance. Su diseño es similar al de una manta, animal del que copia sus características hidrodinámicas.

Arma estratégica

El desarrollo de este submarino depende del programa DARPA ( Defense Advanced Research Projects Agency), dedicado a la investigación y desarrollo de tecnologías y conceptos avanzados que potencian la superioridad militar del país y previenen sorpresas tecnológicas que podrían venir de adversarios. El programa se activó en 1958 como respuesta al lanzamiento del satélite Sputnik por parte de la Unión Soviética y abarcar áreas como la informática, las telecomunicaciones, la biología, la aviación, el espacio, y más recientemente, la inteligencia artificial y la robótica. Entre los logros más notables de la agencia se incluyen el desarrollo de ARPANET, el precursor de Internet; la tecnología de los vehículos autónomos terrestres; y contribuciones significativas al desarrollo de la tecnología de GPS y la tecnología stealth. En Rusia trabajan también en diferentes iniciativas similares.