Seguro que lo has leído en redes sociales mil veces y, a lo mejor, hasta has escuchado por televisión a algún tertuliano diciéndolo: Versalles –y con Versalles el resto de grandes palacios reales de los siglos XVII y XVIII- eran pocilgas en las que, como no había baños, la gente orinaba y defecaba por los rincones. La mayoría de quienes frecuentaba estos espacios, según se indica en estos apuntes, tampoco cuidaba su higiene en exceso y sólo los afeites, perfumes y ungüentos disimulaban el mal olor. La historia es sugestiva, pero tiene un problema: es mentira.

Una mirada àrea del Palau de Versalles Europa Press
 

Desmentidos

Tal es el volumen de inputs digitales en los que explican tales circunstancias que portales como visitarversalles.es han salido al paso para desmentirlo. En la web, que se autodefine como la “primera plataforma informativa y de reserva de entradas del complejo de Versalles”, tienen hasta una sección dedicada al asunto. Se llama Higiene en Versalles ¿tan mal olía el Palacio? y se activó en 2019.

En Versalles, efectivamente, no había baños tal y como los conocemos, pero nadie se dedicaba, y así lo explican en el citado portal, hacer sus necesidades “aquí y allá, detrás de columnas o cortinas dando lugar con ello a un estercolero fétido y opresivo”. En el Palacio, no existían sistemas de alcantarillado ni tuberías de desagüe, pero si cámaras dotadas de cubos, cuencos o sillas diseñados para “aliviar las necesidades básicas”. De vaciarlos se encargaba “una legión de sirvientes encargados de la limpieza regular de estas estancias”. La ventilación no era la mejor y la higiene personal, algo más laxa que la habitual, porque no era costumbre entonces el baño diario.

Correcto para la época

Probablemente, y así lo detallan en el portal Visitar Versalles, la percepción para una persona común de la actualidad no sería óptima; pero aquella época era muy otra. Con todo, Versalles no era un estercolero: era, como cualquiera con juicio suficiente puede entender, un espacio que, según los estándares de la época era lujoso y limpio. ¿Por qué entonces damos credibilidad a las historias que, de manera recurrente aparecen aquí y allá sobre las supuestas horribles condiciones en las que se vivía en aquellos palacios? Muy sencillo: los estados democráticos europeos actuales son herederos de la Revolución Francesa en buena parte. Con la monarquía abolida y mientras se luchaba por construir un nuevo régimen, en Francia muchos consideraron que era una buena idea difundir relatos interesados e identificar al régimen anterior con todo tipo de estereotipos negativos. Como siempre pasa, unos eran ciertos, otros lo eran sólo a medias y algunos, directamente eran mentira.

¿Eran unos marranos en Versalles, en El Escorial o en Buckingham Palace? Seguramente, según nuestros estándares actuales; sí; pero no según los de la época en que se construyeron. La historia, siempre, la escriben los vencedores y los Borbones franceses, que fueron quienes levantaron Versalles, perdieron. Ah, y lo de que Isabel La Católica no se lavaba, también es mentira.