De las enfermedades neurodegenerativas se dice, y con razón, que son el gran problema sanitario del siglo XXI. Sólo en España, se calcula que hay más 160.000 personas afectadas por párkinson y los enfermos de alzhéimer son 800.000 afectados. De ellos, un 30% no está diagnosticado. Para mejorar el estilo de vida de este cerca de un millón de personas, la tecnología es un aliado de valor.

 

Monitorización

Un ejemplo de cómo pueden ayudar las tecnologías a estos pacientes lo brinda la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT) de la Politécnica de Madrid. Allí, en este centro universitario, un grupo de investigadores acaba de desarrollar una herramienta denominada PROCare4Life, que permite una monitorización continuada de los pacientes con párkinson y alzhéimer y envía informes completos al personal médico de forma continuada. “En la actualidad este tipo de pacientes tiene visitas periódicas al hospital para una monitorización de su estado, pero el personal médico debe basarse en lo que le cuente el paciente en esa visita. ¿Podemos mejorar esto monitorizando de alguna manera aquellos eventos o situaciones importantes que debería conocer el personal médico en detalle? Esa fue la pregunta de partida que nos hicimos para desarrollar la plataforma”, explica Alberto Belmonte, uno de los participantes en la iniciativa.

 

¿Cómo funciona?

De un lado, tenemos una serie de sensores y dispositivos wearables que permiten recoger datos de los pacientes y, de otro, una herramienta de análisis que, haciendo uso de algoritmos y soluciones de IA que gestiona los datos y permite articular protocolos de actuación. Al tiempo, la herramienta genera informes que puede consultar el personal médico para, después y en cada visita, plantear propuestas que mejoren la vida de cada paciente. Es, en definitiva, la atención centrada en la persona llevada al máximo exponente . “El sistema intenta mejorar la calidad de vida al proporcionar recomendaciones, alertas, eventos y otra información relevante a los usuarios en diferentes interfaces”, aseguran los responsables de un proyecto que, explican, permite a los profesionales sanitarios obtener una visión 360 del estado del paciente y disponer de un conocimiento pleno de su día a día. Sólo así, detallan, “es posible personalizar los tratamientos”, ya que se somete al enfermo a una monitorización constante. “Podemos seleccionar los medicamentos, detectar complicaciones y, lo más importante, actuar con rapidez cuando es preciso”.