Elon Musk, el tan polémico como admirado Consejero ejecutivo de Tesla, dedicó ayer lunes parte de su discurso, durante el Autonomy Day de su compañía, para afirmar que su proyecto Robotaxi comenzará a hacerse realidad tan pronto como el año que viene.
Un robotaxi no es otra cosa que un vehículo autónomo que hará las funciones de transporte de pasajeros como servicio público. Un taxi autónomo sin conductor. El proyecto de los robotaxis no es una novedad que Tesla aporte al mercado, ya que Volvo y Uber, por ejemplo, están preparando uno en común. Pero sí se trata del que cuenta con la fecha de puesta en marcha más temprana, según ha avanzado el propio Musk, al confirmarse 2020 como su lanzamiento a las calles.
“Me siento muy confiado al predecir que habrá robotaxis autónomos de Tesla el próximo año, aunque no en todas las jurisdicciones porque no tendremos aprobación regulatoria en todas partes”, puntualizó Elon Musk. No obstante, no aclaró dónde cree que podrá contar con los necesarios permisos públicos para hacer realidad el despliegue del plan maestro de robotaxis de la compañía que dirige.
Musk desveló también que todos los vehículos que Tesla ya está produciendo van dotados de serie de un chip que permitirá que los nuevos coches puedan ser de conducción autónoma total.
Asimismo, Musk ofreció a los actuales propietarios de vehículos Tesla la posibilidad de convertirlos en parte del proyecto de app de viaje compartido que maneja la empresa tecnológica. Una experiencia cuyo modelo de negocio será similar a otros tan disruptivos como los de Airbnb o Uber. Los ingresos de este nuevo negocio de Tesla se repartirán en un 70/75% para los dueños de los vehículos, quedando el resto para la compañía de Musk. Además, en aquellos lugares en los que no haya suficiente masa crítica de vehículos privados para el funcionamiento del proyecto de app de viaje compartido, Tesla se compromete –según aseguró ayer Musk– a aportar una flota propia de robotaxis Tesla.
Por último cabe destacar un dato aún más sorprendente y un problema a resolver dentro del despliegue que Elon Musk afirma que está a punto de llevar a cabo.
El primero –y siempre dependiendo de que se hagan realidad los imprescindibles permisos– tiene que ver con que el CEO de Tesla se refirió a que el año que viene habrá más de un millón de robotaxis en las carreteras. Una cifra que se antoja complicada de hacerse realidad en tan poco tiempo, pero que en el caso de que sea así, cambiaría el panorama actual en los EE.UU.
Y el segundo, el problema, está relacionado con la recarga de la batería de los robotaxis. Un aspecto de enorme importancia para que el proyecto sea haga efectivo y que Musk no fue capaz de resolver durante su discurso de ayer. Pese a todo, sí anunció que en un futuro los robotaxis regresarán a casa, se estacionarán y se recargarán ellos mismos sin necesidad de intervención humana en ningún caso.