Es cierto que este año, con las Generales convocadas para el próximo día 23, no hacen falta culebrones veraniegos para llenar las páginas de rotativos y digitales, pero el presunto proyecto que tendría entre manos Elon Musk para construir una nueva fábrica de coches Tesla en Europa va camino de convertirse en una. Después anuncios no autorizados, reuniones no previstas, errores de manual y demás despropósitos, ahora parece que no todo está perdido. Eso dice, al menos, Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana en funciones.
Desde principios de junio
Del asunto se empezó a hablar a principios, de junio, poco después de las elecciones, cuando una publicación en el diario Levante puso en negro sobre blanco un rumor que llevaba semanas circulando: Tesla estaba valorando la posibilidad de instalar una fábrica de coches eléctricos en Valencia. Se llegó a hablar, incluso, de ubicaciones: Aldaya, Cheste y Loriguilla. Musk, que había suscrito un acuerdo de confidencialidad con el gobierno valenciano y que ya había tenido algún que otro desencuentro con Pedro Sánchez y sus ministros, se enfadó y reaccionó rápido: le faltó tiempo para reunirse con Macron y con Giorgia Meloni para ver qué posibilidades había de construir la fábrica en Francia o en Italia. Evidentemente, tanto el primero como la segunda le dijeron que todas y que, si de ellos dependía, no iba a a haber ningún problema.
¿Y ahora?
El último en hablar ha sido Ximo Puig, presidente en funciones de la Generalitat –la investidura de Carlos Mazón, el nuevo presidente, será el 13 de julio- y lo hace para asegurar que el Gobierno de España (con un Pedro Sánchez a la cabeza que no se ha visto con Musk todavía para nada que tenga que ver con Tesla y Valencia) “está interviniendo” y tendrá “las reuniones que sean necesarias” para que Tesla se acabe instalando en Valencia. La Generalitat Valenciana, dice Puig también, activará todo lo que haga falta para “facilitarlo”. ¿Queda esperanza por tanto? Parece, casi, como si el propio Puig lo viese ciertamente negro: al tiempo que hablaba de reuniones y resortes, decía también que todo el asunto “depende de muchas cuestiones”. Lo que si va a hacer, según dijo, es transmitirle a Carlos Mazón “información pormenorizada”. Sea como fuere, hace bien pocos días Puig admitía que la filtración “encabronó mucho a Tesla”. Ahora, parece, todo el mundo quiere reunirse con Musk: el presidente entrante por ver si hay algo que salvar y Pedro Sánchez, que no fue capaz de recibir a Musk antes, para lo mismo, pues está también en precampaña. Musk, que cuentan estaría pensando ya en Portugal como posible emplazamiento, no dice nada. Lo cierto es que, mientras que Francia ofrece mano de obra más cara de lo que a Musk le gustaría y en Italia la población no muestra mucho entusiasmo por los coches eléctricos; Portugal ofrece las mismas ventajas que España y alguna más: el sueldo medio es más bajo allí que aquí, las conexiones marítimas mejoran las de Francia, Italia y España misma y los coches eléctricos representan allí ya un 30% de las ventas mensuales.