Pocas cosas hay, ahora que llega el verano, mejores que una caña bien tirada. Aunque parece sencillo, no siempre se logra y el alarde tecnológico que hay detrás de toda buena cerveza, puede hasta arruinarse si la técnica que se utiliza a la hora de servirla no es la adecuada. Hoy, os explicamos cómo se sirve la caña perfecta. 

CAÑAS
 

Antes de abrir el grifo

Antes de abrir el grifo, es preceptivo mojar la copa o el vaso con agua. ¿Por qué? Muy sencillo: si la película de agua que se forma es continua, todo bien: la copa está limpia y podemos utilizarla. Si no sucede así, hay que cambiar de vaso o copa porque en una copa no lo suficientemente limpia la espuma no se formará correctamente. El agua evita también que el vaso esté demasiado frío y, por choque térmico, la espuma se disipe rápidamente. Comprueba también a qué temperatura está la cerveza: si es muy alcohólica, a cinco grados bajo cero y si es unalager rubia de entre cuatro y cinco grados, basta con que esté a -2,5 grados.

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Con el grifo ya abierto

La copa, al tirar la cerveza, se tiene que girar unos 45 grados hasta que se llene a la mitad. En ese momento, tendrás que ir poniéndolo en posición vertical hasta que se llene casi del todo. Cuando el vaso (o copa) estén prácticamente llenos, cerrarás un poco la válvula del grifopara que sólo salga espuma. Cuídate de que rebose bien y deposita la copa o el vaso en la base. Con la espátula, se habrá de quitar la espuma sobrante y dejar reposar unos segundos. En ese momento, se da el toque final: la copa vuelve debajo del grifo y servimos sólo espuma. Ahora podemos cerrar el grifo ya , porque habremos conseguido una espuma más compacta. De nuevo se usará la espátula, y listo para servir