No ven mal del todo la iniciativa porque menos es nada, pero consideran que, quien la impulsa, se equivoca al asumir los gastos derivados de unas medidas con las que se quieren atenuar las consecuencias de una situación que ha creado alguien muy concreto que se llama banca. Nos referimos, en concreto, a Facua-Consumidors en Acció y el asunto que nos ocupa es la iniciativa que la Generalitat activa este verano para poner servicios financieros a disposición de los residentes en los más de 500 municipios catalanes sin oficinas bancarias. La idea de la administración catalana es activar una red de oficinas y cajeros móviles cuyo coste pagaremos entre todos. El problema, por eso, no es exclusivo de Catalunya: pasa en toda España y llega a niveles tales en los que, incluso, municipios de más de 1.200 vecinos han llegado a quedarse durante meses sin servicios bancarios.

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Responsable claro

En un comunicado, Facua señala que quien debe asumir el gasto que implica activar esta red móvil de servicios financieros son las entidades bancarias, ya que han sido ellas quienes, libremente, han decidido cerrar oficinas al tiempo que “reparten ingentes cantidades de dinero en beneficios”. Al activar este plan, cree Facua, la administración no hace otra cosa que “premiar a la banca por su política de exclusión financiera”. La idea de la Generalitat pasa por realizar durante julio y agosto un estudio de necesidades y, ya en septiembre, activar las oficinas y cajeros móviles.

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Sólo queda una cuarta parte de las oficinas que funcionaban en 2008

Desde Facua se recuerda un dato: a fecha de hoy, ha desaparecido el 75% de las oficinas bancarias que funcionaban en Catalunya en 2008. La medida que se anuncia, señalan además, “tampoco garantiza el acceso a la banca, ya que las oficinas móviles itinerantes hacen que las localidades sin sucursal bancaria sólo dispongan de servicio unas horas cada quince días”. En suma: para Facua, la iniciativa del Govern es un apósito que, encima, tiene que pagar el herido y que, además, sólo se pondrá sobre la herida un rato cada dos semanas. ¿De verdad a nadie en la Generalitat se le ha ocurrido que, mejor que cuatro furgonetas dando vueltas en plan ambulante, sería convencer a los bancos de reactivar su red de oficinas rurales mediante fórmulas como, por ejemplo, los agentes delegados?