En China fabrican de todo y, desde hace unos años, se han aplicado especialmente a la hora de fabricar coches, especialmente eléctricos. Por eso, las grandes marcas europeas temen a lo que puedan acabar haciendo grupos como SAIC Motors o Geely, pero tanto por lo que vayan a ponerse a vender en Europa como por lo que, indirectamente y con sugerencias al gobierno chino que, a buen seguro, serán atendidas puedan hacer su suceda allí. En China ya están pensando en prohibir (de verdad, no como en Europa) la venta de coches de combustión en fecha tan cercana como 2028.

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Para ellos no es un problema

El coche, como en todos los países de industrialización tardía, no es un objeto de consumo tan común como en Occidente. Si a eso le añadimos que el gigante asiático es líder en producción y venta de coches eléctricos, la conclusión es simple: China está motorizándose y lo hace no con coches de combustión, sino con coches eléctricos. El 2022, más de la cuarta parte (27,6%) de los coches que allí se matricularon fueron eléctricos. Ren Zeping, reputado economista local, proponía hace nada que la venta de coches de combustión se prohíba en China dentro de cinco años. Su propuesta no ha sido aceptada aún, pero un escalofrío recorre ya la espina dorsal de los directores ejecutivos de las principales empresas automovilísticas europeas: perder China como mercado sería para ellos una catástrofe. Nuestros coches de combustión todavía pueden competir allí, pero los eléctricos occidentales salen (y saldrán) perdiendo en precio y prestaciones. Un coche eléctrico chino de alta gama cuesta un 15% menos que uno europeo como media.

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¿Qué calendario manejan?

Hay una provincia, Hainan, que ya tiene fecha: en 2030, todos los coches de servicio público deberán ser híbridos enchufables o eléctricos. Hainan, sea dicho, es una pequeña isla con 10 millones de habitantes, por lo que el impacto de esta norma es limitado, pero quizá se esté abriendo un camino. En abril, un tercio de los coches vendidos en China tenían enchufe y se especula ya con que a finales de este año el porcentaje ronde el 50%. Con el acceso al mercado chino vetado y compitiendo en casa con vehículos que, de media, son unos 10.000 euros más baratos que los modelos europeos; el futuro de los fabricantes occidentales se complica.Las marcas francesas vendieron ya en febrero de este año un 46% menos que en enero, las japonesas retrocedieron un 40% y las americanas, un 12,5%. Antes, un coche occidental era en China un símbolo de poder y, ahora, son los coches chinos eléctricos los que empiezan a ser eso en Europa.