El 19 de febrero de 2025, un fragmento de un cohete Falcon 9 de SpaceX reingresó sin control en la atmósfera terrestre, desintegrándose parcialmente y dejando restos en Europa. Este incidente marca el tercer fallo de este tipo en los últimos seis meses, subrayando la creciente preocupación por la basura espacial y sus implicaciones para la seguridad en la Tierra.

El riesgo creciente de la basura espacial

La proliferación de satélites inactivos y fragmentos de cohetes en órbita terrestre ha incrementado significativamente el riesgo de colisiones y reingresos descontrolados. Estos desechos espaciales no solo amenazan las misiones espaciales activas, sino que también representan un peligro tangible para las personas y propiedades en la superficie terrestre.

Por ejemplo, en noviembre de 2024, la Estación Espacial Internacional (ISS) se vio obligada a realizar maniobras evasivas en dos ocasiones para evitar colisiones con fragmentos de basura espacial. Además, se han reportado incidentes en los que restos de cohetes han impactado en áreas habitadas, como el caso de un fragmento metálico que cayó en el sureste de Kenia a finales del año pasado.

Un estudio reciente de la Universidad de British Columbia destaca que existe una probabilidad anual del 26% de que desechos de cohetes reingresen en la atmósfera terrestre, lo que incrementa la preocupación sobre posibles daños en zonas pobladas. Este riesgo constante pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la gestión de la basura espacial de manera más efectiva.

Astronautas en la Estación Espacial Internacional

Detalles del incidente en Polonia

En la madrugada del 19 de febrero, residentes de países como Alemania, Países Bajos, Dinamarca y Polonia fueron testigos de un espectáculo inusual: una bola de fuego atravesando el cielo nocturno. Lo que inicialmente se interpretó como un meteoro resultó ser la segunda etapa de un cohete Falcon 9 de SpaceX que reingresaba sin control en la atmósfera.

Aunque gran parte de la estructura se desintegró durante el reingreso, algunos fragmentos lograron sobrevivir. Uno de estos, un tanque de presión de fibra de carbono de aproximadamente 1 metro de longitud, fue encontrado en el jardín de un residente en las afueras de Poznań, Polonia. El hallazgo fue reportado a las autoridades locales, quienes confirmaron su procedencia tras una investigación.

Starship, coet Elon Musk, SpaceX (2)

SpaceX reconoció el incidente, explicando que durante la fase costera de la misión Starlink lanzada a principios de febrero desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, se produjo una pequeña fuga de oxígeno líquido. Esta anomalía impidió que la segunda etapa del cohete realizara la maniobra de desorbitación planificada, resultando en su reingreso descontrolado sobre Europa. La compañía aseguró que está colaborando estrechamente con el gobierno polaco en las tareas de recuperación y limpieza, y afirmó que los escombros no contienen materiales tóxicos.

Este incidente pone de relieve la necesidad de desarrollar protocolos más estrictos y tecnologías avanzadas para gestionar los desechos espaciales. La comunidad internacional, incluidas agencias espaciales y empresas privadas, debe colaborar para implementar soluciones que minimicen el riesgo de reingresos descontrolados y protejan tanto las misiones espaciales como la seguridad en la Tierra.