En un contexto en el que la prisa de los más jóvenes por obtener el permiso de conducir es relativa, se avecina un cambio normativo que, más que para atender a una necesidad concreta, llega muy probablemente para echar una mano a un sector que no vive su mejor momento y que es clave para la economía europea. Hablamos, claro, de el del automóvil.
¿Qué planea la UE?
Su objetivo es que los más jóvenes se animen a conducir aunque no tengan ni dinero ni necesidad de ponerse al volante. Para ello, plantean una nueva posibilidad: poder conducir ya a los 17, pero con un adulto acompañando. Si no cometen infracciones durante ese tiempo, a los 18 podrán conducir solos. ¿Qué se logra así? Primero, ampliar la nómina de posibles conductores y, segundo (y lo más importante) implicar a progenitores y demás familia de manera activa en el trámite. Vistas las circunstancias, que más de uno se plantee la compra de un coche nuevo para que el pequeño de la casa empiece a conducir o, también, poner en sus manos el volante de uno de los que ya se tienen en casa y adquirir otro para reemplazarlo es cuestión de tiempo. Desde las autoescuelas, también ven negocio. Así, desde la Asociación Europea de Autoescuelas se plante ya la posibilidad de que el adulto acompañante haya de recibir “un mínimo adiestramiento” para que su “influencia y tutelaje sean los apropiados”. Sí, aciertas: si tu hijo quiere conducir a los 17, quizá acabáis pasando por la autoescuela tú y él.
La Comisión Europea tiene ya sobre la mesa una propuesta que los diferentes países miembros podrán o no aceptar. Según la misma, y además de ir acompañados de un adulto, serán considerados noveles durante dos años y no podrán tomar tomar ni una gota de alcohol, ya que la tasa máxima permitida para ellos sería de 0,0. En el caso de los conductores que noveles, hoy se permite la misma tasa que los conductores profesionales: 0,15 mg/l de aire expirado.
¿Por qué los jóvenes retrasan la matrícula en la autoescuela?
Las razones son múltiples, pero la más clara tiene que ver con el precio de los coches. Hoy, encontrar un vehículo decente de ocasión por menos de 6.000 euros es casi una utopía y hacerse con uno nuevo por menos de 20.000 es tarea apta sólo para titanes. Si esta circunstancia le sumamos la precariedad del mercado laboral y las altas tasas de paro juvenil, ya tenemos la respuesta. La incertidumbre derivada del cambio tecnológico en marcha (nadie sabe hasta cuándo se podrán utilizar coches con motor de combustión) todavía hay más razones para pensárselo dos veces antes de asumir ese desafío caro y estresante que es sacarse el carnet de conducir.