Grangemouth, la única refinería de petróleo que se mantiene operativa en Escocia, cerrará en junio próximo y pasará a ser una terminal de importación de combustibles. Se perderán, admite la operadora Petroineos, 400 empleos. La operadora es una empresa conjunta creada por PetroChina Internacional London (PCIL) y el grupo británico INEOS.

 

100 años de actividad

La instalación tiene 100 años de antigüedad y está situada en el estuario del río Forth. Fundada en 1924, es una de las seis refinerías que quedan en el Reino Unido y la única de Escocia. Con una capacidad de 150.000 barriles por día, Grangemouth desempeñaba un papel fundamental en el abastecimiento de la demanda de combustible de Escocia y tenía una importancia estratégica para el suministro de energía y el desarrollo económico regional de Escocia. Ahora cierra porque, explican sus propietarios, no puede competir con instalaciones más modernas en Asia, África y Oriente Medio. Tras la clausura, Grangemouth se convertirá en un centro de distribución de gasolina, diésel, combustible de aviación y queroseno, pero solo ocupará a 100 personas.

Consecuencias

El cierre ha generado críticas de sindicatos y políticos, que consideran que afectará a la economía local y a la seguridad energética de Escocia, ya que la planta suministra el 65% de los productos petrolíferos refinados en la región y es clave en el suministro de combustible para los principales aeropuertos escoceses. Tras el anuncio, el gobierno regional y el del Reino Unido han anunciado un plan de inversión conjunto para Grangemouth que incluye un paquete de 100 millones de libras, apoyo a los trabajadores y se han comprometido a trabajar juntos para lograr un futuro industrial para el lugar.