En febrero de 2018, Elon Musk, CEO de SpaceX y Tesla, sorprendió al mundo al lanzar al espacio su propio Tesla Roadster rojo cereza, un deportivo descapotable de 2009, como carga de prueba en el primer vuelo del cohete Falcon Heavy. Al volante del vehículo se encontraba "Starman", un maniquí vestido con traje espacial, destinado a simbolizar el espíritu de exploración. Este acto, que combinaba marketing y demostración tecnológica, buscaba mostrar la capacidad de SpaceX para transportar cargas pesadas al espacio profundo.
Siete años después: un coche confundido con un asteroide
El 2 de enero de 2025, astrónomos del Centro de Planetas Menores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian detectaron un objeto cercano a la Tierra que inicialmente fue catalogado como el asteroide 2018 CN41. Debido a su proximidad, se le clasificó como Objeto Cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés), lo que implicaba un potencial riesgo de colisión. Sin embargo, tras un análisis más detallado, se descubrió que el supuesto asteroide era, en realidad, el Tesla Roadster lanzado por SpaceX en 2018. Este error fue corregido en menos de 17 horas, y el objeto fue eliminado de los registros de asteroides.
Según informan desde la revista Astronomy, el pasado 2 de enero, el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, a través de su Centro de Planetas Menores, que almacena datos de objetos espaciales, descubrió un asteroide a menos de 240.000 kilómetros de la Tierra tras recibir la información de un científico ciudadano que lo identificó.
Esto derivó en que se le ‘bautizase’ como 2018 CN41 y con la catalogación de NEO. Las siglas NEO hacen referencia a Near-Earth Objets, o lo que es lo mismo, un Objeto Cercano a la Tierra. Teniendo en cuenta que la Luna se encuentra a 384.400 kilómetros de distancia, el hallazgo cobraba una importancia relevante por un posible riesgo de colisión con nuestro planeta.
Una anécdota cómica que revela un problema serio
Aunque la confusión pueda parecer anecdótica, pone de manifiesto un problema creciente en la astronomía y la exploración espacial: la proliferación de objetos no rastreados en el espacio profundo. La falta de transparencia y comunicación por parte de países y empresas que operan en estas regiones dificulta la identificación precisa de objetos, lo que puede llevar a errores en la catalogación y seguimiento de posibles amenazas reales, como asteroides que representen un peligro para la Tierra.
Este incidente subraya la necesidad de establecer protocolos más estrictos y una mayor colaboración internacional para monitorear y gestionar el creciente tráfico espacial. La correcta identificación y seguimiento de objetos en el espacio profundo es esencial para garantizar la seguridad planetaria y evitar malentendidos que puedan desviar recursos valiosos de la detección de amenazas reales
De este modo, lo que comenzó como una extravagante demostración de las capacidades de SpaceX ha resaltado desafíos importantes en la gestión del espacio profundo. Es imperativo que la comunidad internacional aborde estos desafíos con seriedad para asegurar un futuro seguro y sostenible en la exploración espacial.