La extracción de carbón en pozos verticales verá, según todo indica, finalizada su historia este año: Hunosa, la única compañía minera que mantiene abierta una de estas explotaciones (Nicolasa, en Mieres) plantea cerrarla  a finales de este año o a principios de 2025. Hasta la fecha, la producción del pozo se destinaba a surtir de combustible a la Central Térmica de La Pereda, pero Hunosa tiene previsto quemar a partir de 2025 sólo biomasa y residuos. Las organizaciones ecologistas tienen dudas sobre la conveniencia de este mix, pero Hunosa afirma que no entraña riesgo alguno.

Nicolasa.

 

¿Qué sucederá con el pozo?

Aún sin fecha de cierre definida, el último pozo carbonífero vertical en explotación en España produce unas 70.000 toneladas de carbón anuales y emplea a 150 mineros. En total, Hunosa emplea a unas 500 personas y el resto se desempeña en la planta de procesamiento de carbones de El Batán, la propia térmica, en oficinas y en la recuperación de materiales en los pozos cerrados en los últimos años, entre otras labores.

Otros usos

Hunosa, en sus años de mayor actividad, superaba la veintena de explotaciones abiertas. Algunas son hoy ruinas vandalizadas y otras, como el Pozo Sotón, se han musealizado o, como es el caso de los pozos Fondón o Barredo, se han convertido en instalaciones geotérmicas. Para otros pozos se plantean proyectos alternativos. Si el cierre de Nicolasa se concreta, se liquidarán más de 200 años de historia minera. Mientras, en Gran Bretaña se construye la mina de carbón más moderna del mundo.