España, no hace tanto, era líder en tecnologías de captura de CO2. Desde Ponferrada y Puertollano, se impulsaban proyectos innovadores que, además, debían servir para otorgar un futuro a la minería española del carbón, hoy prácticamente desmantelada, y a las térmicas, que también se han cerrado casi todas. Aquellos esfuerzos se aparcaron ya que, desde los sucesivos gobiernos, interesaron más otras soluciones energéticas para luchar contra el cambio climático, pero en otros países no ha sucedido lo mismo: Estados Unidos captura dióxido de carbono y, además, sabe qué hacer con él: incluso lo van a utilizar para elaborar tejidos.
En California
California es uno de los territorios donde más y mejor se trabajan las tecnologías de captura, herramienta que Joe Biden considera más que apta para hacer de USA un país neutro en emisiones en 2050. De hecho, hay quien habla ya de una nueva revolución industrial, ya que se han identificado maneras de monetizar el carbono capturado.
El ejemplo de Mars Materials
Un ejemplo de esta nueva revolución es Mars Materials, una empresa que convierte el CO2 procedente de las cadenas de suministro industriales en acrilonitrilo, un liquido sintético e incoloro que se emplea para fabricar fibra de carbono, un material que se puede utilizar para fabricar plásticos, gomas y hasta productos textiles. La fibra de carbono destaca por su baja densidad y su gran capacidad de aislamiento térmico y, aunque en inicio se usaba sólo en la industria aeroespacial, hoy tiene múltiples usos. ¿Empezamos a capturar carbono otra vez o dejamos que se marche este tren en el que viajábamos hasta hace nada y del que nos bajamos nadie sabe por qué?