Se llama OceanOneK, se ha desarrollado en la Universidad de Standford y es capaz de sumergirse en el mar y alcanzar una profundidad de un kilómetro. Hablamos del nuevo robot que promete activar una nueva época en la investigación oceanográfica.
¿Qué ventajas tiene?
El robot es de tipo humanoide y, por tanto, resulta mucho más versátil que los submarinos tripulados o a control remoto que hasta la fecha de utilizan para trabajar a esas profundidades. Es, en toda regla, un androide buceador. Al mítico oceanógrafo Jacques Cousteau le hubiese encantado disponer de uno.
Desde la superficie
El robot se controla desde la superficie mediante una consola que permite al operador mover las dos manos del androide y realizar cualquier tipo de tareas. A modo de ojos, y para permitir el visionado de las operaciones desde la superficie, el robot dispone de dos cámaras. La precisión del robot es tal que puede coger objetos del tamaño de un reloj, meterlos en una caja y subirlos a la superficie.