¿Puede el cristal de una ventana convertirse en un panel solar? Los alumnos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana creen que sí: acaban de mejorar un tipo especial de celdas fotovoltaicas denominadas Graetzel capaces de convertir en energía luz procedente de todo el espectro visible que, mediante el uso de un tinte elaborado con moléculas fotosensibles, pueden imprimirse en láminas aptas para ser colocadas sobre cualquier superficie.
Bajo coste
La nueva tecnología convierte cualquier superficie plana (desde el ventanal de una casa, al cristal de un coche o la pantalla de un portátil) en una herramienta para generar electricidad. Las láminas fotosensibles que se aplican (son adherentes) sobre estas (y otras) superficies se imprimen mediante técnicas convencionales de impresión por rollos, lo que abarata costes. Con su proyecto, los investigadores de la Politécnica de Lausana han sido capaces de superar los problemas de estabilidad que planteaban los electrolitos líquidos, que se congelan a bajas temperaturas y generan daños irreparables en los paneles que los incluyen. Ahora, al utilizar dos moléculas de tinte fotosensibilizador (ácido hidrocámico y dióxido de titanio) han logrado superar esta dificultad.
Más eficiencia
Las células fotovoltaicas resultantes consiguen una eficiencia de conversión de energía superior al 30% en una amplia gama de intensidades de luz ambiental. Superan, de hecho, las cifras de los sistemas fotovoltaicos convencionales. Ahora, sólo falta pasar a la fase de producción.