Todavía quedan casi dos meses para la vuelta al cole, pero el verano no es mal momento para acercar a los más pequeños de la casa a los ordenadores, una herramienta de uso cotidiano que tus hijos deben conocer y dominar porque, más pronto o más tarde, deberán utilizarlos de manera cotidiana. Con tablets y móviles a su alcance cada vez más pronto, el primer contacto con el PC se espacia cada vez más y las preguntas sobre estos dispositivos se acumulan cuando los padres con primerizos: ¿a partir de cuándo deben disponer de uno los más pequeños? ¿Cómo debe ser ese ordenador según la edad del pequeño? El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad dispone de un estudio sobre la cuestión.

Familiarizarlos desde pequeños

Con dos o tres años, es buena idea que el manejo de un teclado o un ratón no les sea ajeno y, con cinco, puede ya utilizar juguetes que simulan el funcionamiento de un PC real. A partir de los diez años, ya no hay problema para que lo utilicen y que dispongan del suyo propio. En el colegio es posible que empiecen a utilizarlo a esa edad. Por tanto, es conveniente que en casa hayan utilizado uno antes. Así, el primer contacto 'reglado' será más fácil y exitoso. Los pequeños deben ver siempre al PC como un aliado, no como algo inalcanzable. Y eso, siempre, debe empezarse a fomentar en casa. El verano, momento en el que las familias disponen de más tiempo libre, es una época perfecta para el primer contacto.

Qué debe tener el primer ordenador

Un portátil destinado a público infantil debe, ante todo, ser resistente y duradero. Su pantalla, además, tiene que incorporar tecnología antirreflejos para cuidar la salud visual de los pequeños. Si la pantalla es táctil, mucho mejor, ya que los más pequeños de la casa están acostumbrados a interactuar con los dispositivos de esta manera. Por supuesto, instalar algún tipo de software de control parental es obligado. A partir de los diez, cuando el ordenador se emplea para usos académicos, es imprescindible que el ordenador tenga cierta capacidad: hacen falta, como mínimo, unos 8GB de RAM, conexión WiFi y una pantalla de 13 pulgadas como mínimo. Una tarjeta gráfica potente, aunque no sea imprescindible, es una buena idea porque, además de para estudiar, van a utilizar el equipo para jugar y disfrutar de contenidos audiovisuales. También es importante poner a disposición de los más pequeños juegos interesantes. En Steam, es fácil localizar juegos gratuitos para los más pequeños de la casa. Jugando, siempre, es como mejor se aprende.