Lo certifica el proyecto Scam Artist, una iniciativa de la compañía especialista en software Gen digital que utiliza, explican sus promotores, “el arte para demostrar visualmente el impacto emocional de la ciberdelincuencia”: más de la mitad de las víctimas de un delito de este tipo experimenta ira y estrés tras sufrirlo.

Gen Digital

Los datos

La encuesta indica que un 56% de las víctimas de ciberataques experimentó ira. Además, un 51% confesó sufrir estrés tras el episodio. Con todo, sólo un 52% de los encuestados cuenta con soluciones de ciberseguridad y un 63% dice estar considerando instalar alguna nueva o mejorar las que tiene. El proyecto Scam Artist se ha activado en colaboración con el galardonado psicólogo Lee Chambers y, detallan sus promotores, “arroja luz sobre los instintos humanos inherentes que a menudo dan lugar a un comportamiento complaciente cuando se trata de la seguridad digital”. La campaña, apuntan sus responsables, “pretende ayudar a la gente a reconocer la necesidad de ser proactivos en la protección en línea para mantener el control, la confianza y la libertad en el mundo digital”.

Obras de arte

Así, y dentro de la iniciativa Scam Artist, los miedos e inquietudes de los usuarios se convierten en obras de arte con un fin: evidenciar que este tipo de delitos roban la paz mental a quienes lo sufren. De este modo, y para mostrar el impacto de la ciberdelincuencia, se equipó a tres víctimas de estafas y robos de identidad con auriculares de electroencefalografía (EEG) para monitorizar sus reacciones cerebrales a sus experiencias. Se les pidió que recordaran sus estados emocionales antes, durante y después de los ataques, y la última sesión tuvo lugar después de la introducción a la ciber protección. Los auriculares registraron cómo reaccionaba el cerebro a cada estado y transformaron los datos en imágenes creativas. "Experimentar un ciberataque es traumático y provoca una respuesta emocional negativa", afirma Lee Chambers, psicólogo y experto en bienestar. "Cuando se pidió a las víctimas que recordaran sus experiencias de ciberdelincuencia, las ilustraciones resultantes mostraron una erupción de actividad cerebral que suele asociarse con el estrés, la ansiedad y la incertidumbre, sentimientos que pueden ser duraderos y tener un impacto vital significativo. A menudo, cuando pensamos que tenemos el control, o percibimos un acontecimiento como improbable, puede fomentar un optimismo excesivo y una evaluación inadecuada del riesgo, un rasgo conocido como sesgo de optimismo. A medida que aumenta la ciberdelincuencia, es importante reconocer estas tendencias, evaluar las situaciones desde todos los ángulos y tomar las medidas necesarias para paliar la amenaza."