Si de motor hablamos, no hay hoy en España nadie con más poder (ejecutivo y de  representación que Wayne Griffiths. El presidente de Seat y Cupra lidera además Anfac, la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones y ha hablado claro: sin medidas realmente eficaces activadas por parte del Gobierno, no va a haber transición eléctrica en el sector del automóvil. Y, además, no es el único que lo dice.

 

El presidente de los proveedores se suma

A las palabras de Griffiths se suma también Francisco J. Riberas, el presidente de Gestamp, líder nacional en la fabricación de componentes metálicos para automóviles y, también, presidente de Sernauto, la patronal de las empresas de componentes, piensa igual.  España necesita “no perder ese tren”. Y que un empresario líder del sector del automóvil cómo él emplee símiles ferroviarios es, quizá, una señal clara de que, con el coche eléctrico y en España, hay algo que no acaba de arrancar. Ambos (Griffiths y Riberas) se expresaron de este modo el recientemente celebrado IV Foro Anfac.

Portugal y Alemania son el modelo

Para el director ejecutivo de operaciones de Seat y Cupra, la senda que debe seguir España está trazada ya. La han marcado países como Portugal, que ha rebajado el IVA de los coches eléctricos, o Alemania, con ayudas directas a los fabricantes. Y añade un dato inquietante: los competidores de la industria europea del automóvil (China) fabrican coches eléctricos con energías sucias y los traen aquí en barcos que contaminan. “Lo importante es que Europa logre ser competitiva y eso sólo será posible si la Administración deja claro que la propulsión eléctrica es la tecnología del futuro”. Riberas también recuerda otro dato: las carreteras españolas están llenas de coches con entre 15 y 20 años y esos vehículos no dejarán de circular si la Administración “no encuentra la manera de ayudar y motivar a las personas”.