La fatiga crónica; síndrome que disminuye hasta en un 50% la capacidad activa de quien la sufre, empeora con la actividad física ya afecta a 7 de cada 100.000 personas, podría estar vinculada con la microbiota intestinal. Así lo indican dos estudios desarrollados en Estados Unidos por el National Institutes of Health.

Estudios con casi 500 participantes

En los citados estudios han participado, respectivamente, 197 y 228 personas y han permitido analizar el conjunto de bacterias que habita en el tracto digestivo de personas sanas con las presentes en el de personas aquejadas de fatiga crónica. Tras los análisis, se ha comprobado que los integrantes del segundo grupo presentaban niveles anormalmente bajos de determinadas especies de bacterias que se considera tienen efectos saludables y niveles altos de bacterias asociadas a determinadas dolencias.

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Desequilibrios

Entre las especies presentes en niveles bajos en el tracto intestinal de los sujetos aquejados de fatiga crónica figuraron la Faecalibacterium prausnitzii y el Eubacterium rectale. Ambas producen un metabolito, el butirato, que aporta energía para las células del interior del sistema digestivo. Al tiempo, los sujetos con fatiga crónica presentaban también niveles elevados de bacterias como la Enterocloster bolteae o la Ruminococcus gnavus, que se asocian con enfermedades autoinmunes y el síndrome del intestino irritable.