La DANA que dejó los aguaceros del Ebro o de Madrid y Toledo se marcha hacia el Atlántico y los próximos días se fusionará con el ex huracán Franklin, pero seguirá sin afectar Catalunya. De momento, el tiempo va mejorando lentamente y tanto la alteración marítima como el viento de levante a gregal irán de bajada en las próximas horas. Sin embargo, un nuevo agente meteorológico entra en escena: el polvo sahariano y la calima por la irrupción de una masa cálida procedente del norte de África. A lo largo de toda la semana, el ambiente veraniego y cargado de partículas en suspensión nos acompañará y dejará un tiempo monótono y estable, sin lluvias a la vista. Hay un refrán que dice: De septiembre al otoño, vuelve el calor. Y es que en los últimos años no podemos despedir el verano hasta entrado el mes de octubre.
Polvareda de primera categoría
La predicción del tiempo para el martes anuncia mucha calma y buen tiempo a Catalunya. Eso sí, la calidad del aire empeorará notablemente por una densa capa de polvo sahariano que dejará un ambiente sucio y cargado. En las comarcas de Lleida y Tarragona, el polvo sahariano también podría mezclarse con intervalos de nubes y el cielo quedará turbio todo el día. En cambio, en la mitad oeste del territorio se esperan más claros y un cielo medio enmarañado con el sol apagado. El viento aflojará en todas partes y se esperan ráfagas del este a nordeste moderado durante las horas centrales del día. También irá disminuyendo el temporal marítimo y las olas del este bajarán hasta 1 metro de altura. La temperatura será plenamente veraniega con más 30ºC al interior y noches tropicales o de maldormir en la costa.
Primera quincena de septiembre seca y cálida
No podemos ser muy optimistas para la primera mitad de mes, ya que el puente anticiclónico que se ha instalado en el Mediterráneo occidental bloqueará la llegada de borrascas y lluvias hasta prácticamente mediados de septiembre. Semana 100% anticiclónica y monótona con estabilidad, predominio del sol y la calima y temperaturas más altas el habitual. Calor moderado que llega para quedarse con noches tropicales en la costa y la sensación de que el otoño todavía está lejos.