Elena Crespi (Vic, 1981), psicóloga y sexóloga, dice que el modelo de pareja monogámica está cada vez más cuestionado pero asegura que si cuidamos la relación podemos ser felices y mantener la chispa. Según ella, es posible reenamorarse y recuperar el deseo sexual. ¡No te pierdas los consejos que nos da en esta entrevista!
¿El sexo sigue siendo un tema tabú?
Sí. Además queremos aparentar que sabemos mucho y que somos muy modernos cuando, en realidad, no sabemos tanto. Tenemos que aprender mucho.
¿Por qué no hablamos de sexo con naturalidad?
Porque forma parte de nuestra esfera más íntima y no sabemos dónde está el límite de las cosas que tenemos permiso para explicar. Una cosa es hablar de tu sexualidad a nivel individual y otra muy diferente es hablar de tu sexualidad en pareja porque estás implicando la intimidad de otro.
Las mujeres hablan más de sexo. Los hombres prefieren actuar
Según algunos expertos, nos cuesta, incluso, hablar de sexo con nuestra pareja...
Sí, mucho. De hecho, es una de las demandas que nos encontramos más en la consulta. Nos cuesta hablar de sexo con la pareja porque venimos de una educación que nos ha prohibido hablar de ello y sigue pasando en las generaciones a más jóvenes. También hay mucha gente que no habla de ello porque quiere aparentar que saben todo sobre el sexo. Aquí, sin embargo, hay una cierta diferencia entre hombres y mujeres. En general, las mujeres somos más de hablar de estos temas porque tenemos más ganas de compartir. Los hombres, en general, prefieren actuar directamente.
En cualquier caso, es evidente que falta mucha educación y naturalidad para comentar los temas sexuales...
Sí. Tendríamos que entender que la sexualidad forma parte de nosotros desde antes de nacer. En el momento en que se nos está gestando ya somos seres sexuales. Naturalidad es la palabra que siempre pongo en mayúsculas. ¡No hay nada malo! ¡Al contrario!
¿Es verdad que, a menudo, el mundo de la sexualidad y la pareja nos aporta más padecimiento y malestar que bienestar y placer?
¡Cierto! Justamente por eso decidí especializarme en el mundo de la sexualidad y la pareja.
A menudo la sexualidad es una fuente de sufrimiento
¿Y cuáles son las causas principales de estos problemas?
Seguramente es debido a la educación que hemos recibido y no sólo a nivel sexual. El problema también es que no nos educan para tener un buen nivel de autoestima y de seguridad personal ni para comunicarnos con nuestro alrededor y explicar qué sentimos y qué queremos. Si a todo eso añades que la sexualidad es una esfera muy íntima y que es un tema tabú porque está mal visto hablar abiertamente, provoca que, en lugar de divertirnos, sea una fuente de sufrimiento. Y eso no puede ser, porque el sexo nos tiene que divertir muchísimo.
Algunos psicólogos aseguran que los humanos no estamos hechos para vivir en pareja. ¿Estás de acuerdo?
Si no cuidamos las relaciones, se desgastan. Ya sabéis que es muy diferente el nivel de deseo que te puede despertar a una persona que acabas de conocer que el deseo de que te puede provocar tu pareja con quien llevas 25 años. Si cuidamos la relación quizás no conseguiremos tener millones de mariposas en el estómago y en otras partes del cuerpo como al principio, pero sí tendremos unas cuantas. La pareja puede conservar la chispa aunque no es nada fácil.
El modelo de pareja monogámica cada vez está más cuestionado
¿Realmente, tiene futuro la pareja monogámica?
Yo también cuestiono mucho el modelo de pareja para toda la vida, porque creo que seguramente es muy difícil. Si no cuidamos la relación no nos aportará nunca lo que necesitamos para seguir siendo felices y tener chispa. La verdad es que el modelo de pareja monogámica está cuestionado. Hace tiempo que se debate la conveniencia o no de abrir las relaciones. Algunos lo prueban y es difícil pero también es difícil la monogamia.
Trabajamos demasiado y no dedicamos tiempo a cuidar la pasión
Hay expertos que aseguran que es imposible reenamorarse y recuperar el deseo sexual...
Te aseguro que he visto parejas que se han reenamorado y su relación ha vuelto a ganar mucha potencia y pasión. Ahora, sin embargo, en esta sociedad en la que vivimos, no nos dedicamos a cuidar los vínculos con la gente de nuestro alrededor. Nos centramos demasiado en trabajar, intentar tener éxito y ganar mucho dinero, pero no nos dedicamos a cuidar la pasión, cosa que es muy necesaria.
Rescatad cosas que hacíais cuando empezasteis a salir con vuestra pareja
¿Cómo se tiene que cuidar una relación para evitar acabar como el rosario de la aurora?
Os recomiendo rescatar algunas de las cosas que hacíais hace años cuando empezasteis a salir con vuestra pareja. Recordad que, cuando empezamos una relación, nos preparamos mucho más para quedar con aquella persona, incluso nos duchamos más a conciencia, nos arreglamos, nos cuidamos, nos mimamos... Tenemos muchos más detalles hacia la otra persona y no estoy hablando de nada material. ¡No hay que gastar dinero! El problema es que, con los años, todo eso queda escondido en un cajón y perdemos la llave de este cajón. Recuperad algunas de las cosas que hacíais cuando salíais.
Tenemos que dedicar 5 minutos al día a cuidarnos mutuamente
A veces, sin embargo, entre el trabajo y los hijos, lo tenemos complicado para salir solos...
No hay que salir cada semana. De hecho, lo podemos conseguir dedicando cinco minutos al día a cuidarnos mutuamente haciéndonos alguna caricia, abrazándonos o tirándonos algún piropo. El problema es que a menudo nos olvidamos de tocarnos la piel. No hace falta ir de fin de semana romántico ni hacer cenas románticas cada dos por tres. Se trata de cuidar pequeñas cosas. Abrazándose o tocándonos durante 5 o 10 minutos cada día o cada dos días es suficiente.
Pero dicen que el deseo sexual desaparece a los 3 años y que, al cabo de 5, ya estamos cansados de la pareja...
Aproximadamente es así, sobre todo si no cuidamos la relación. De hecho, aquella pasión, atracción intensa y locura que sentimos cuando nos acabamos de enamorar sólo dura unas cuantas semanas o, como mucho, seis meses. Y suerte que es así porque, incluso, perdemos el apetito, dormimos menos, nos pasaríamos horas y horas hablando con aquella persona, manteniendo relaciones sexuales... y cuando no puedes estar con ella sigues pensando constantemente en ella. Si eso durara tres años, nos atropellaría un autobús porque no estaríamos alerta al cruzar la calle. Por suerte, es una enfermedad mental transitoria, porque si fuera permanente no duraríamos mucho.
Los primeros tres años de una relación todo es maravilloso y fantástico
¿Eso quiere decir que, pasada esta fase inicial, ya vamos a la baja?
El resto del tiempo hasta llegar a los tres años, todo va de bajada pero todavía es todo maravilloso y fantástico aunque ya empezamos a ver cómo es el otro. Seguramente del tercero al quinto año ya nos podemos dar cuenta que aquella persona quizás no nos despierta tanto como pensábamos porque ya vemos mejor cómo es en realidad. Aquí descubres si la persona que tienes al lado te gusta o no. Si sólo era química, malo porque te cansarás seguro. En cambio, si te das cuenta de que realmente te gusta es cuando se empieza a construir el amor de manera más seria.
Estamos en el mes de mayo y "la primavera la sangre altera" pero pronto llegarán las vacaciones de verano, justamente la época con más crisis de pareja...
Durante las vacaciones recomiendo que os reservéis espacios personales. No olvidéis que es necesario estar solo con uno mismo y cuidarte para hacer tus cosas. Una pareja que, durante el año, no se cuida y no disfruta cuando están juntos, tendrá más conflictos durante las vacaciones. Hay que aprender a resolver los conflictos comunicándose bien y hablando en positivo cuándo hay que decir cosas que quizás no son agradables. Los humanos somos expertos en guardarnos cosas bajo la alfombra hasta que estallamos y salta todos por los aires. Intentad hablar siempre con sinceridad desde la buena educación. Una cosa es discutir y otra de muy diferente, pelearse. Dos adultos discuten porque no tienen el mismo punto de vista pero hablan. En cambio, una pelea son faltas de respeto y entonces seguro que acabaréis mal.
No tenemos cultura del esfuerzo y convivir con alguien no es fácil
La realidad es que cada vez se separan más parejas...
Se separan la mitad de las parejas. Estamos construyendo relaciones líquidas porque queremos ser felices de manera muy fácil y cuando la pareja no nos acaba de convencer, a la mínima de cambio, piensas "te dejo y me busco otro". No tenemos cultura del esfuerzo y convivir con alguien no es fácil porque siempre habrá momentos de crisis. Lo que no puedes hacer es decir "no quiero ningún tipo de crisis y saltaré de pareja en pareja". Bueno, todo el mundo es libre de hacerlo pero si realmente queremos una relación de pareja estable tenemos que entender que hay momentos de crisis.
Nuestros hijos perciben más cosas de las que pensamos
Muchas parejas aguantan por los hijos...
Muchísimas, y es un error enorme. Cuando una pareja entra en crisis hay muchas cosas en juego y seguramente hay un periodo de reflexión y se intenta resolver. Ahora bien, cuando una pareja lleva 3, 4, 10 o 15 años en crisis y solo aguanta por los hijos, lo que se tiene que plantear es qué están enseñando a sus hijos. Pensad que los hijos aprenden de los modelos que tenemos en casa y aunque parezca que no se enteran de nada porque son pequeños y procuramos no pelearnos nunca delante de ellos, los chiquillos son muy inteligentes y perciben muchas más cosas de las que pensamos.
Si lleváis años en crisis, plantearos la relación
¿Llegados a este punto, es mejor separarse?
Hay que ver si la crisis es superable o no, pero si ya lleváis años con la misma crisis te lo tienes que plantear. Si sólo aguantas por los niños porque tienes miedo de hacerles daño, piensa que quizás los perjudicarás más quedándote. Si alguien tiene claro que es infeliz en pareja, el modelo que les transmite a sus hijos es el de la infelicidad. Los padres tienen que evitar promover un modelo de toxicidad.
El problema de algunas mujeres es que tienen "cromañones" en casa
¿Qué síntomas nos tienen que alertar y en qué momento recomiendas empezar a hacer terapia de pareja?
Cuando la pareja nos crea más rechazo que acercamiento hay que activar las alarmas aunque seguramente ya vamos tarde. No hay que ir al terapeuta a la primera discusión que tengamos con la pareja pero sí cuando tengais varias discusiones por un mismo tema y no seáis capaces de resolverlo. Si no, se van acumulando los temas y llegará un momento en que, en lugar de hacer cosas con tu pareja, preferirás hacerlas solo. Tu piel puede acabar rechazando su piel y cuando se llega al rechazo ya es muy difícil salvarlo.
Las mujeres tendrían que estar más seguras de ellas mismas y los hombres tendrían que mirar más allá de la bragueta
¿Es verdad que las mujeres tienen menos deseo sexual que los hombres?
¡Por desgracia, en la práctica, sí! Pero realmente nuestro potencial es mucho mayor que el de un hombre, sobre todo cuando la mujer se conoce bien a ella misma, se siente libre, está a gusto con su cuerpo y sabe cuáles son los rincones que le hacen más cosquillas. De hecho, en la consulta me encuentro mujeres muy curiosas con ganas de experimentar, pero el problema es que tienen "cromañones" en casa, me refiero a los hombres que no tienen mucha curiosidad sexual y que les importa más la cantidad que la calidad. En general, a las mujeres les diría que estén más seguras de ellas mismas y a los hombres, que miren más allá de la bragueta. A algunos les convendría pensar que tenemos unos cuantos metros de piel para disfrutar y que el cerebro es muy importante.
La edad media de la primera relación sexual baja de 17 a 16 años
Más cosas... Las encuestas dicen que los adolescentes inician su vida sexual cada vez más jóvenes...
Hace 12 años, la edad media de la primera relación sexual con penetración era de 16'8 años en el caso de las chicas y de 17'2 los chicos. Actualmente, estamos en torno a los 16 años tanto en el caso de los chicos como en el de las chicas.
¿Cuáles serían los límites de edad, tanto hacia arriba como hacia abajo, para empezar a mantener relaciones sexuales?
Si una persona llega a los 30 años y no ha tenido pareja ni relaciones sexuales seguramente es porque tiene alguna dificultad extra de relación y convendría trabajarlo. Por debajo, no hay una edad preestablecida pero a los 12, 13 o 14 años es demasiado pronto porque seguramente no son conscientes de todos los riesgos que supone. A los 16 años es una buena edad para empezar a planteárselo. Para tener un buen sexo tienes que tener un buen nivel de autoestima y, en este sentido, la adolescencia no es el mejor momento. La mayoría de las personas mantienen relaciones por primera vez entre los 16 y los veintipocos años.
Ir desnudos por casa ayuda a educar sexualmente a nuestros hijos
¿Qué tenemos que hacer para ampliar y mejorar la educación sexual de nuestros hijos?
No hay una edad para empezar a hablar de sexo porque, de hecho, hacemos educación afectiva y sexual desde el primer momento que tenemos una criatura en casa. Todo ayuda, desde la manera de reaccionar de los padres ante una escena erótica en la televisión o cómo muestran su cuerpo desnudo o cómo se tapan rápido cuando aparece su hijo por casa. En este caso, se tiene que mostrar. El cuerpo es natural y, por lo tanto, no pasa absolutamente nada si un hijo ve un pene o una vulva. ¿Verdad que no escondemos nuestra nariz? Pues así en todo. También es importante llamar a las cosas por su nombre desde el primer día. No digamos "chichi" cuando queremos decir "vulva". Naturalizando todo eso estamos creando una base de buena educación sexual en casa. Sobre todo tenemos que enseñar a nuestros hijos a tener un buen nivel de autoestima y a relacionarse bien con los amigos desde pequeños. Todo eso los ayudará a tomar mejores decisiones a la adolescencia.
Hablad abiertamente de sexo con vuestros hijos cuando tengan 12 o 13 años
¡Justamente cuando se acerca la adolescencia es la hora de darles cuatro consejos básicos! A veces, sin embargo, no sabemos como hacerlo...
Si tienes ganas de hablar con tu hijo sobre este tema, no esperes a los 16 años porque quizás llegarás tarde. Cuando entran a la adolescencia ya tenemos que empezar a ser más explícitos. A los 12 o 13 años ya podemos hablar con ellos sobre la primera vez. También es muy importante conseguir que nuestros hijos tengan muy claro que nos tienen para preguntarnos lo que quieran cuando quieran, porque siempre les daremos un apoyo incondicional. Y ya no hablo del tema de la orientación sexual porque creo que ya tendría que estar superado, aunque todavía hay muchos padres que entran en una crisis profunda cuando sus hijos les dicen que son homosexuales. Es importantísimo darles apoyo incondicional pase lo que pase.
¿La escuela tendría que ser un buen refuerzo?
Sí, lo has dicho clarísimo, tendría que ser un refuerzo porque el pilar importante está en casa. Los que trabajamos en salud sexual intentamos que se incorpore la educación sexual antes de la adolescencia. A los alumnos de 5º o 6º de primaria, por ejemplo, ya los explicamos cómo se queda embarazada una mujer. Lo que les preocupa en esta edad es saber como funciona la gestación, pero también aprovechamos para darles una base muy importante que es la autoestima. Así se harán respetar, tomarán mejores decisiones y no harán según qué cosas que los pueden perjudicar en lugar de ayudarlos.
¡Internet es un peligro! Los adolescentes imitan las conductas machistas del porno
¿Hasta qué punto es un peligro internet?
El riesgo de internet en los adolescentes es el porno porque piensan que es sexo y lo que pasa dentro del dormitorio de las parejas. Aunque a veces físicamente se pueda parecer un poco, no tiene nada que ver. Mayoritariamente la pornografía está hecha por hombres y dirigida a hombres. Sigue siendo un modelo muy machista, y es una visión muy reduccionista del sexo. El problema es que los adolescentes todavía no tienen la capacidad para entender que es así y es un gran peligro porque intentan imitar conductas del porno en su sexualidad y acaban siendo conductas muy machistas. La verdad es que hay profesionales del porno que intentan cambiar eso pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Hay que conseguir un producto que sea mucho más saludable para los adolescentes convirtiéndolo en una herramienta mucho más educativa.
¿Las infidelidades son cada vez más habituales?
Las ha habido siempre, pero hace 50 o 60 años, la mujer estaba en casa y tenía menos probabilidades de ser infiel. Ahora, en cambio, tiene muchas más oportunidades, por lo que se ha equiparado mucho el porcentaje entre hombres y mujeres infieles.
Las nuevas tecnologías permiten nuevos modelos de infidelidad
¿Actualmente, qué tanto por ciento de hombres y mujeres son infieles?
Aproximadamente, el 50% de los hombres y más del 30% de las mujeres. Ahora, sin embargo, las nuevas tecnologías permiten nuevos modelos de infidelidad que antes no existían como las conversaciones sobre sexo a través de las redes. ¿Ahora bien, eso también es ser infiel o solo es infidelidad si hay contacto físico? Eso cada uno lo puede ver de manera diferente.
¿Cómo se pueden evitar las infidelidades?
Lo ideal sería decir abiertamente a nuestra pareja que hemos conocido a alguien con quien tenemos una afinidad muy grande, atracción sexual y con quien las conversaciones empiezan a subir de tono. Explicarle que tenemos la tentación de experimentar. Esta tendría que ser la conversación normal que recomendaría siempre y cuando la pareja esté preparada. El problema es que muchas parejas no están preparadas para afrontarlo y, por lo tanto, si se lo cuentas lo más probable es que te mande a freír espárragos y que caiga en una depresión porque se sentirá apuñalado. Cada uno tiene que gestionar lo que siente como pueda. Ahora bien, antes de iniciar una aventura, es muy importante pensar muy bien qué consecuencias puede acabar teniendo.
¿Tenemos que estar toda la vida con una misma persona sexualmente y afectivamente hablando?
¿Es la cosa más normal del mundo ser infiel, como dice algún psicólogo?
¡Es habitual! Para evitarlo, el modelo de monogamia nos tendría que cubrir todas las necesidades dentro del mundo de la pareja. Es evidente que todo el mundo siente deseo por otras personas, pero con el modelo monogámico que vivimos no toleramos ni eso, porque entendemos que es nuestra pareja la que tiene la exclusividad de nuestro deseo, cuando realmente eso es imposible. Con este modelo de monogamia, si sientes algo por alguien más, te lo tienes que comer con patatas porque, en teoría, tú solo puedes estar por tu pareja. Cada vez hay más modelos alternativos de relación en parejas que se abren a estar sexualmente con otros e, incluso, a estar con otros a nivel afectivo. Son parejas que al final también tienen dificultades y alegrías como las monogámicas. La pregunta es "¿tenemos que estar toda la vida con una misma persona sexualmente y afectivamente hablando?". Se está cuestionando cada vez más, porque realmente es muy difícil. Por eso, algunos quieren explorar otras cosas sin dejar la pareja.
La adicción sexual afecta más a hombres que mujeres
¿Qué pasa cuando el sexo se convierte en una enfermedad? Hay personas adictas al sexo...
La adicción sexual afecta más a hombres que mujeres. Suele aparecer para intentar paliar una angustia o un malestar con una conducta que, a corto plazo, les aporta tranquilidad pero que, a la larga, solo les provocará que el problema sea mayor. En la mayoría de casos, los que sufren esta enfermedad acaban perjudicando su propia vida y la de los otros por esta necesidad compulsiva de tener relaciones sexuales en todo momento y con varias personas. Solo les importa su satisfacción, aunque lo único que acaban teniendo es más angustia y problemas. Cuando hay adicción dejan de hacer cosas de su vida para poder hacer aquello. Igual que un cocainómano deja de hacer muchas cosas y estropea sus relaciones por culpa del consumo de cocaína, los adictos al sexo también dejan de hacer un montón de cosas para poder tener una conducta sexual. El grado de desesperación acabará provocando que tengan conductas sexuales más irresponsables.
¿Cómo se supera esta patología?
Los expertos en adicciones recomiendan tratamientos psicológicos individuales, pero también terapia de grupo porque la idea es aprender a resolver la angustia y la necesidad de manera mucho más favorable para ti. Cuando dejas de cumplir con tus responsabilidades para tener sexo o cuando no lo haces por placer o felicidad, sino como una necesidad porque no estás bien, tienes que pedir ayuda.