Joaquim Nadal (Girona, 1948) era historiador, se hizo político, y ahora que ha reanudado la tarea científica, observa la situación política de Catalunya con la perspectiva propia del académico. Sin embargo, ha sido incapaz de desentenderse y acaba de publicar sus reflexiones en un opúsculo titulado Catalunya, mirall trencat (Ed. Pòrtic, 9,90€), que acaba con una serie de propuestas "para desencallar". Lo que viene a continuación son repreguntas a las afirmaciones que hace en su libro.

El rey Felipe VI tuvo una oportunidad y la perdió. Su padre la tuvo y la supo aprovechar

"Los escenarios se han ido deteriorando cuando parecía que ya habíamos tocado fondo."

¿Lo peor está por llegar?
Me temo que sí. Tres veces pensé que habíamos tocado fondo, pero había un doble fondo. El suelo se mueve.

"La dialéctica de los extremos barre los matices."

¿Quiénes son y dónde están los moderados?
Me cuesta encontrarlos. Los que lo eran se han dejado arrastrar por la polarización. Convergència va acríticamente de la mano de la CUP e incomprensiblemente el PSC se ha acercado al PP.

"El problema no es Catalunya, sino España (...). Ahora sería España antes muerta que compartida."

¿Cómo se cambia España si no se deja cambiar?
Pronto o tarde tendrá que asumir que tiene un problema que tiene que resolver. En Madrid circula un autobús contra los indultos de los líderes soberanistas y Andalucía vive una campaña hardcore sobre Catalunya.

El 1 de octubre fui a votar, pero aquello no fue un referéndum homologable que legitime nada

"La moda de despreciar el régimen del 78 (...) con argumentos muy débiles."

¿Tiene algo que ver el espíritu de la transición del 78 con el régimen político actual?
Sí. La continuidad de un sistema de libertades públicas convencionales. El 78 rompió con el franquismo. Sí que se observan ahora incrustaciones del antiguo régimen, pero no se puede afirmar que todo lo que es español es franquista y todo lo que es catalán, demócrata.

"El PSC tampoco es el PSC ya."

¿Qué es?
Ha adelgazado. Ha perdido músculo. Ha perdido a mucha gente por el camino, intelectuales sobre todo. El PSC es una caricatura de lo que había sido.

Me pareció una barbaridad que CDC permitiera tirar a Artur Mas a la papelera de la historia para juntarse con una organización anticapitalista y pancatalanista

"El soberanismo es un movimiento interclasista y mesocrático."

¿Es posible que las clases medias hagan la revolución?
No. Justamente por eso estamos donde estamos. A diferencia de lo que fue la Assemblea de Catalunya, el soberanismo reúne clases medias, pero no ha incorporado a las clases subalternas, lo que antes decíamos la clase obrera.

"La CUP (...) ha arrastrado al bloque soberanista por este camino."

¿Artur Mas no tenía que haber dado el paso al lado?
Me cuesta juzgar a Artur Mas. Ahora, me pareció una barbaridad que Convergència permitiera que lo tiraran a la papelera de la historia para juntarse a continuación con una organización anticapitalista y pancatalanista con la cual ninguno de mis amigos convergentes comulga.

El PSC es una caricatura de lo que había sido... incomprensiblemente se ha acercado al PP

"El silencio de las élites las hace responsables por omisión o sumisión."

¿Sabe de algún representante de alguna élite que haya hecho algún movimiento que no sea pedir la rendición de los soberanistas?
Alguna élite se ha mojado. El Cercle d’Economia al menos ha hecho una propuesta, aunque ya sé que muchos la interpretan como una rendición. Ahora, sólo hay que recordar aquel acto del IESE para reivindicar el aeropuerto. No sirvió para nada y, desde entonces, las élites, esas mismas voces, no han sido capaces de plantar cara al Estado en temas similares.

"Revertir la situación quiere decir (...) aceptar que la escalada de la huida hacia adelante no tenía pensada ninguna alternativa."

¿Cree que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras tendrían que pedir perdón, o dimitir?
Yo no pido dimisiones, pero sí que creo que Puigdemont y Junqueras tendrían que reconocer que se tensó la cuerda sin una solución para el día siguiente.

Las élites [catalanas] no han sido capaces de plantar cara al Estado

Propuestas para desencallar: (1) "El Estado reconoce que fue un error político la represión del 1 de octubre."

El PSOE quería reprobar a Soraya Sáenz de Santamaría, pero habló el Rey y se acabó todo. ¿El Rey tiene que rectificar o tenemos que esperar a la República española?
El Rey perdió la oportunidad. Su padre la tuvo y la aprovechó. Felipe VI la perdió. Y la represión fue un error de los políticos no de los policías. Los policías obedecieron órdenes, como hacen todas las policías.

(2) "El Estado toma la iniciativa para la liberación de los presos."

¿De verdad cree que el consenso español es, ahora y aquí, posible?
Si alguien se pone a ello, todo es posible. Ahora mismo, si se diera libertad provisional a los presos, antes de los juicios, los exiliados tendrían que volver porque su papel ya no tendría sentido.

Yo no pido dimisiones, pero Puigdemont y Junqueras tendrían que reconocer que se tensó la cuerda sin una solución para el día siguiente

"Acuerdo soberanista de renuncia a la vía unilateral."

García Margallo ha dicho hace poco que España nunca se irá pacíficamente de Catalunya. ¿Usted cree que sí?
No sé cómo se irá España, pero sí que creo que el 6 y el 7 de octubre se cometió un error. Puigdemont cree que tenía que haber declarado la independencia entonces, y yo opino todo lo contrario. Si hubiera convocado elecciones, ahora no estaríamos donde estamos y ellos, tampoco.

Pero usted fue a votar el 1 de octubre.
Sí, pero hay que reconocer que aquello no fue un referéndum homologable que legitime nada.

¿La conclusión?
Hace falta una segunda transición. Si un falangista como Adolfo Suárez y un republicano como Josep Tarradellas fueron capaces de llegar a un acuerdo, ¿por qué tendría que ser imposible algo parecido ahora mismo?

Y mientras tanto, ¿qué hacemos?
El Govern de la Generalitat no se tiene que distraer de la gobernación al uso de las competencias que todavía tiene. Ejercer el autogobierno, trabajar el día a día, no es incompatible con la defensa de los objetivos nacionales, sino todo lo contrario.