Hace una semana conocíamos la noticia relativa al golpe de estado en Níger. Es el quinto que se produce desde que en la década de los años sesenta del siglo pasado, lograse su independencia formal respecto de Francia. La inestabilidad política ha sido una constante en uno de los países más pobres del mundo, que cuenta con una población de 25 millones de personas, entre las que el 60% vive en situación de pobreza. La corrupción, el hambre, y la inseguridad ante los grupos terroristas islámicos son los problemas principales de la población. Las últimas elecciones se celebraron en el año 2021, y estuvieron empañadas por acusaciones de fraude, en un clima de gran tensión. Ya entonces hubo un intento de golpe de Estado que no salió adelante. Pero las brasas quedaron encendidas.
Se considera a Níger una de las pocas democracias existentes en el cinturón del Sahel, aunque habría que analizar qué entendemos por democracia y quién establece los criterios. Desde la perspectiva occidental, la junta militar que ha tomado el poder debe ser derrocada. Desde los movimientos sociales, sindicatos y partidos que luchan por la soberanía del país, frente al expolio continuo de potencias extranjeras, sin embargo, respaldan a la junta militar y consideran que se está produciendo una revolución popular.
Rusia ha manifestado su apoyo, al igual que otros países vecinos como Malí o Burkina Faso. ¿Qué implicaciones tiene este conflicto en estos momentos? ¿Qué consecuencias puede suponer para Europa? Los BRICS ofrecen una alternativa a la encabezada por Estados Unidos y sus aliados, que parece no tener más ofertas que guerra, destrucción y miseria. En este video analizamos brevemente la situación del país, los distintos puntos de vista al respecto y las consecuencias que podrían desencadenarse de aumentar la tensión y terminar en conflicto armado.