Los acontecimientos que han tenido lugar en tan solo una semana son realmente preocupantes. 

La votación del ejecutivo europeo en bloque, ante la imposibilidad de sacar adelante las votaciones individuales de los candidatos y candidatas de la Comisión Europea, da buena muestra del nivel de la democracia en las instituciones supranacionales. 

La comparecencia de la ya exministra Teresa Ribera en el Congreso y en el Senado han servido para comprobar la cantidad de elementos aún por analizar en la nefasta gestión de la gota fría del pasado 29 de octubre en València. 

La escalada de tensión en la guerra de Ucrania, debido a las prisas de la Administración Biden, a quien ya no le queda nada frente a los mandos, nos empuja al abismo. 

Y por si con todo esto no fuera suficiente para sentirnos asfixiados, Víctor de Aldama declara ante el juez instructor de la Audiencia Nacional para poner un ventilador contra el Gobierno de Sánchez, a quien ha acusado de un rosario de delitos de gravedad. 

¿Tenemos la ciudadanía alguna opción para revertir lo que estamos viviendo? ¿Realmente podemos cambiar los hechos, que dependen de personas que están demostrando ser incompetentes, irresponsables y a las que no les preocupa en absoluto el bien común?