Diez años han pasado desde que ETA firmase el cese definitivo de su actividad. Diez años que nos dan la oportunidad para analizar lo sucedido. Precisamente esta semana, a tenor de las reacciones que ha provocado el comunicado dado por Bildu y por Sortu, podemos sacar algunas conclusiones.
Ha llegado el momento de poner luz y taquígrafos para poder seguir caminando un sendero de democracia real.