El primer debate preparatorio de las elecciones estadounidenses nos deja con el corazón encogido. No tanto por quién sea el candidato favorito de cada cual, sino por la nefasta imagen en la que queda el sistema democrático, donde los dos candidatos llaman la atención notablemente por sus enormes carencias. 

Si, por un lado, tenemos a un Donald Trump que no ha dejado de mentir deliberadamente durante sus intervenciones, en la otra parte tenemos a un Joe Biden absolutamente desconectado de la realidad, algo que no pinta en absoluto como garantía de seguridad para estar al frente de la principal potencia mundial. 

Mientras nos asomamos a la actualidad norteamericana con estupor, conocemos que desde el Pentágono reconocen no saber dónde han ido a parar armas enviadas a Ucrania por valor de 62,2 millones de dólares. El descontrol parece, ya que lleva a unos niveles insoportables y las consecuencias para el resto del mundo pueden ser muy graves. 

Estamos en sus manos. Lo grave es que la democracia nos haya llevado hasta aquí.