Posiblemente, no haya usted oído hablar de estos dos profesores: Enoch Burke y Jordan Peterson. El primero es profesor de alemán e historia en un colegio católico de Irlanda. El segundo es profesor de Psicología en una universidad canadiense. Ambos están teniendo serios problemas para poder ejercer su profesión como lo venían haciendo hasta ahora, porque decidieron no someterse a las pautas marcadas que les indicaban cómo hablar en las aulas a sus alumnos, alumnas y "alumnes". Ambos se negaron a aplicar un tercer género para dirigirse al alumnado y han expresado públicamente su rechazo a las teorías que defiende el movimiento 'woke', especialmente en el ámbito del colectivo trans. 

Al profesor irlandés, todo este conflicto le ha costado de momento más de cuatrocientos días privado de libertad. Porque decidió desobedecer una orden judicial mediante la cual se le impedía acudir a la escuela mientras se estuviera dirimiendo el expediente sancionador que le habían impuesto. Él defiende que ha seguido cobrando su salario como profesor y que lo ético es mantener su carrera intachable, acudiendo al centro para impartir las clases. El asunto todavía continúa sin resolverse y ha generado ya un intenso debate en la sociedad irlandesa, profundamente católica, donde los principios religiosos impiden reconocer más géneros que el femenino y el masculino. 

Al profesor de psicología Peterson le ha sucedido algo similar. En su caso, le han obligado a someterse a formación específica para ser "reeducado". Algo que el profesor denuncia y que considera un atropello a la libertad de expresión y a la libertad de pensamiento. Es sorprendente que estas dos personas resulten prácticamente desconocidas para nosotros. Y no nos vendría mal estar atentos porque con la ley trans que está vigente en España, es muy probable que casos como este se repitan.