Esta semana hemos conocido la sentencia del TSJC que ha condenado a Laura Borràs a cuatro años y medio de prisión y 13 de inhabilitación. La sentencia no es firme. Y en ella el propio tribunal plantea la posibilidad de reducir la condena que ellos mismos imponen, pero deja esta decisión en manos del Gobierno del Estado. Todo lo que se deriva de esta sentencia da lugar a muchas preguntas. Sobre todo, en mi opinión, la que me hace plantearme dónde queda la separación de poderes