Cinco años después de la declaración de la pandemia por el SARS-COV-2, cabe hacerse muchas preguntas. Pero, sobre todo, una fundamental: ¿hemos salido mejores? Un mantra repetido hasta la saciedad que nos invitaba en aquellos oscuros días a aprovechar una terrible situación para salir de aquello "siendo mejores". Una triste realidad, la que hoy tenemos, para comprobar que no, que no lo hicimos. Desinformación oficial, censura, miedo, desatención de los más vulnerables han sido la conclusión, entre otras, de aquella fatídica pandemia. Propaganda interesada, verdades silenciadas y terribles injusticias alimentadas por la sistemática vulneración de los derechos más fundamentales. Y lo más triste, la certeza de que si vuelve a suceder, probablemente, se vuelva a hacer rematadamente mal.