Ya lo dijo Miquel Iceta cuando era el primer secretario del PSC, en 2017: "El primer referéndum ilegal fue el que pretendió el PP con la recogida de firmas contra el Estatut".
Y es que, es momento de recordar, ahora que reaparece de nuevo Aznar para meter el palo en el avispero, como siempre, que el origen del conflicto que hemos vivido durante los últimos años con el procés de Catalunya, no habría sido posible sin el constante ataque de los populares.
También conviene recordar cuando García Albiol en 2015 reconocía públicamente que aquello fue un error y consideró que el comportamiento del PP en ese momento fue muy poco afortunado.
La recogida de firmas contra el Estatut de Catalunya fue una decisión que tenía como objetivo dividir, enfrentar a la sociedad y abrir un conflicto de incalculables consecuencias. Y tras ello, la sentencia del Tribunal Constitucional, que como bien señalaba el presidente Zapatero hace tan solo unos días, le hizo perder al tribunal la autoridad que tenía.
Fue Zapatero quien tuvo que lidiar con aquella situación, que le supuso un destrozo político incalculable. Sobre todo dentro de sus propias filas. Por eso, su figura puede jugar un papel fundamental en estos momentos, como bien ha apuntado Jaume Asens recientemente.
El político que está liderando el diálogo entre Sumar y Junts, pero sobre todo, de una manera sutil entre el estado español y el president en el exilio, considera que el TC fue el origen del problema y bien podría ser ahora la solución.
El ambiente se calienta. Más bien, lo intenta calentar, como siempre, la derecha. Esa que parece vivir únicamente del jaleo, de la confrontación, de la judicialización, de todo aquello que les sirva para hacer ruido. Por lo que se ve, al PP le queda muy grande España. La que es plural, abierta y la que tiene que madurar y aprender a querer y respetar a todos los que, de momento, forman parte de ella.
Quizás esta vez la sociedad despierte y recuerde quién les ha mentido tantas veces, con temas tan serios y sensibles como los atentados de Atocha, o quién ha querido correr un tupido velo con los de las Ramblas, dando la sensación de que mentir, enfangar y generar ruido ya es un triunfo para ellos. Como para Ciudadanos.
Al menos, en esta ocasión, el Tribunal Supremo si parece haberse dado cuenta de que ni Vox ni Ciudadanos tenían legitimación para interponer un recurso sobre los indultos de los Jordis.
Parece que por fin algo se está poniendo en su sitio.
Veremos si se consigue que una amnistía siente las bases de lo que necesitamos todos: una democracia conjugada con un estado de derecho. Que ya es hora.