Una investigación realizada en el laboratorio del Campus White Oak de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en Maryland, acaba de ser publicado y revisado por pares en el Journal of High School Science. Puede consultar el documento pulsando aquí. Según señalan los autores, las vacunas contra la covid-19 de Pfizer contienen niveles de ADN residual que superan los límites de seguridad establecidos por la OMS, que señala que una dosis de vacuna no puede tener más de 10 nanogramos de ADN residual. Sin embargo, en el estudio se han detectado niveles que superaban entre 6 y 470 veces los niveles recomendados. 

Los viales que han sido investigados por los estudiantes investigadores provienen del BEI Resources, proveedor del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, un organismo oficial. Para analizar el contenido de dos lotes diferentes de viales han usado dos métodos distintos en paralelo: NanoDrop y Qubit. En los dos análisis se han encontrado niveles de contaminación superiores a los autorizados. 

 

El fundador del Medicinal Genomics ha afirmado en una entrevista realizada por la periodista Maryanne Demasi, que este hallazgo es una "bomba", considerando que "la exposición repetida al ADN residual mediante las vacunas de refuerzo contra la covid-19 puede amplificar el riesgo del crecimiento del cáncer, creando las condiciones propicias para su desarrollo". Además, el experto señala que "estos hallazgos son importantes no solo por lo que revelan, sino por lo que sugieren que se ha ocultado al escrutinio público". "¿Por qué la FDA ha mantenido estos datos en secreto?", cuestionó McKernan.

Nikolai Petrovsky, profesor de inmunología y director de Vaxine Pty Ltd., calificó los hallazgos como una "prueba irrefutable". "Esto demuestra claramente que la FDA conocía estos datos. Dado que estos estudios se llevaron a cabo en sus propios laboratorios bajo la supervisión de sus propios científicos, sería difícil argumentar que no los conocían", afirmó. El profesor Petrovsky elogió la calidad del trabajo realizado por los estudiantes en los laboratorios de la FDA. "La ironía es sorprendente", comentó. "Estos estudiantes realizaron un trabajo esencial que los reguladores no hicieron. No es demasiado complicado: no deberíamos haber tenido que depender de los estudiantes para realizar pruebas que eran responsabilidad de los reguladores en primer lugar", destacó. 

No es la primera vez que se señala este hecho. Aunque es remarcable que sean investigadores de la propia FDA los que hayan reconocido los resultados. Ya en 2023, el 14 de septiembre, en la testifical que el experto en genómica del cáncer, el Dr. Phillip Bruckhaults, desarrolló ante el Senado de Carolina del Sur, expresó su profunda preocupación por la vacuna de Pfizer contra la covid-19. "Podría causar teóricamente un ataque autoinmune sostenido hacia ese tejido. También es un riesgo teórico muy real de cáncer futuro en muchas personas. En cada dosis de vacuna probablemente haya alrededor de 200 mil millones de fragmentos de este ADN plásmido", señalaba entonces el experto. 

Un año después, entrevistamos al Dr. Makis, experto en oncología, que había llegado a las mismas conclusiones. Abordamos, precisamente entonces, los posibles tratamientos y la importancia de ahondar en las investigaciones que él mismo, junto a expertos internacionales, estaban llevando a cabo (así como las dificultades que encontraban para lograrlo). Dada la importancia de los hechos que nos señalaron estos expertos, quisimos hablar con el Dr. Antonio Alarcos, médico español que está siguiendo las investigaciones al respecto y que nos explicó con su enorme capacidad pedagógica en qué consistían estos hallazgos, que hoy se vuelven a confirmar.