Según una encuesta del Eurobarómetro, la inflación es hoy por hoy el tema que más preocupa a los ciudadanos europeos. Las tasas que tenemos ahora no se veían desde los años 80 y, si bien se ha acabado el año con un 5,8% de inflación, esta es muy inferior a los registros superiores al 10% que teníamos ahora hace unos 6 meses.
La subida de la inflación se puede deber a 3 motivos: el primero es la escasez de productos, el segundo es porque hay mucha demanda y el tercero porque hay un exceso de dinero. La inflación que sufrimos ahora nos viene sobre todo del precio de la energía y de los suministros y es provocada por una combinación de las tres causas. Con estas tasas de inflación tan altas, hay que suponer que los bancos centrales seguirán queriendo tipos de interés altos, hecho que seguirá poniendo las cosas difíciles en empresas y consumidores. Y como siempre cuando hay un escenario adverso de este tipo, hay ganadores y perdedores.
Como ganadores tenemos a las empresas energéticas y de productos de primera necesidad y aquellas empresas que pueden subir los precios de sus productos sin que se perjudique su demanda. En el lado de los perdedores tenemos a las empresas con productos caros o que pueden ser fácilmente sustituibles y también las empresas con aumentos de costes que no pueden trasladar al consumidor final. Y finalmente los trabajadores, que pierden poder adquisitivo día tras día. ¡Esperemos que todo eso no dure mucho!