En las próximas horas estamos llamados a las urnas. Un 23 de julio, cuando el calor aprieta y la sociedad española está, con toda probabilidad, harta de los políticos que dicen representarnos. Una sociedad que cada vez se siente más lejos de aquellos que parecen no ser capaces de hablar de nuestros problemas reales. De soluciones concretas y de su viabilidad.
¿Existen más partidos, más allá de esos supuestos cuatro que nos pretenden vender continuamente? Sí, y aunque los medios de comunicación de masas no los publiciten, son una opción válida. Estar en contra de la agenda globalista, considerar que el feminismo debería ser planteado en otros términos, no comulgar con las políticas que se están llevando a cabo en el ámbito internacional, ni sanitario, ni democrático, es una opción que no solamente defiende la extrema derecha, por mucho que nos quieran dar a entender que esto es así.
Abstenerse de ir a votar es, precisamente, lo que a los principales partidos les interesa: que quienes no estamos conformes con ninguno de ellos, nos quedemos en casa. A ellos les da exactamente igual si yo no voto, porque lo que les importa es, precisamente, que quien les va a votar, acuda. El resto, como si dejamos de existir directamente en el censo.... Hay muchas dudas, muchas incógnitas, pero al menos, sí una certeza, en mi opinión: el lunes tendremos, salga quien salga elegido, más de lo mismo que hemos tenido hasta ahora.