Según ha informado el PSOE, el próximo lunes sería muy probable que presentasen en el registro del Congreso de los Diputados el texto de propuesta de ley sobre la amnistía al independentismo catalán. Ha sido un largo camino el que han tenido que recorrer, trufado de curiosas casualidades, el que nos ha traído hasta aquí. Y bienvenido sea. Porque considero que la cantidad de destrozos producidos contra la democracia, contra el estado de derecho, contra los derechos y libertades de la ciudadanía no tienen otra forma de arreglarse. Considero que esta amnistía, además de dejar en paz a los independentistas catalanes, servirá a España de lección.
Porque ahora que algunos tanto se alteran, preocupados por esa supuesta separación de poderes que se podría ver alterada, quizás entiendan que esa separación de poderes lleva tiempo destrozándose. Precisamente con actuaciones como la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut (como bien recoge el acuerdo firmado entre el PSOE y JxCat), y con hechos tan brutales como los que vimos quienes analizamos el juicio celebrado en la Sala Segunda del Tribunal Supremo, así como todas las aventuras de las euroórdenes del juez instructor. Han sido tantas las aberraciones cometidas, que no es raro pensar —como advertía el ya fallecido fiscal Maza— que la caída sería más dura. Y precisamente esta amnistía a mí me recuerda a esa lona de protección que ponen los bomberos para que se pueda saltar antes del incendio. Porque, muy probablemente, España sea la primera interesada en solucionar este grandísimo entuerto antes de que la caída sea dura.