¿Alguien se habría creído hace un año que la Fiscalía defendería los intereses de Puigdemont y Comín ante el Tribunal Constitucional? ¿Alguien se creería, si se lo dijéramos, que el Gobierno criticaría al Constitucional ante la inadmisión de un recurso por parte de los independentistas? ¿Alguien pensaría que es cierto que Margarita Robles apelaría a la prudencia ante una situación así? Como suele decirse, "ver para creer", puesto que los hechos acontecidos esta semana no nos los habríamos creído hace un año. Ni siquiera hace dos meses, justo antes de las elecciones del 23 de julio.
Una reflexión que invita a sopesar si realmente en España hay separación de poderes, si el poder es capaz de conseguirlo todo, y si ahora, por fin, como dice el refrán, "no hay mal que por bien no venga", y finalmente podremos ver cómo la prudencia acompaña a los socialistas y a sus socios y apuestan, de una vez por todas, por terminar con el conflicto relativo a Catalunya. Me refiero con ello a apostar por la amnistía, a cerrar de una vez por todas las carpetas indignas, injustas y lacerantes que no solamente atentan contra los derechos más fundamentales de los independentistas, sino que empañan y agotan las vías para que una democracia pueda considerarse plena.
El PSOE tiene una oportunidad estupenda para hacer política de verdad. Para hacerla por el bien de su España querida. Para ser unos verdaderos patriotas. A ver si es verdad y actúan con prudencia y dejan de echar más leña al fuego.