Ahora que desde Estrasburgo le dan este bofetón a la “justicia” española, va siendo hora de hacerse preguntas.
Es lógico que muchos se pregunten qué está pasando en realidad. Y para comenzar desde algún lugar, lo suyo sería entender el significado de algunas palabras. Lo de traducir el euskera es importante. Luego verás por qué, aunque alguna magistrada lo considere una tontería. Para muestra, un pequeño ejemplo: ¿sabes qué significa abertzale? ¿Y talde, borroka, gudari, zulo? Ahora que está “de moda”: ¿qué significa bateragune?
Un repasito: etimológicamente, aberri y (t)zale significa 'amante de la patria'. Sin más. Y la “izquierda abertzale” sería algo parecido a decir “la izquierda nacionalista vasca”. Sin embargo, es probable que en la cabeza tengamos otra idea de las cosas. Forma parte del relato. Probablemente esto te parezca que tiene poca importancia. Pero no es así. Con las palabras se crean los relatos, se llenan de significado y como vemos en este caso, entre tantos otros, su uso ha sido perverso por parte de las instituciones españolas, que bien parece que se han dedicado a politizar, desde el nacionalismo español, incluso el euskera.
Pues bien: esto así resulta simple, y no quiero que nadie se ofenda. Pero, en cierto modo, es lo que viene pasando desde que en 1982 se pusiera en marcha el Plan ZEN (Zona Especial Norte), que fue el plan diseñado por el Ministerio del Interior de España, dirigido por Barrionuevo. Es necesario señalar que, a día de hoy, todavía no es posible acceder al documento completo.
De lo poco que hay publicado, hemos podido conocer cuestiones muy interesantes. Como las líneas de actuación en todos los ámbitos: social, policial, incluso psicológico. Se trata de una guía para acabar con lo que se considera “terrorismo”, que viene siendo un amplio espectro de la sociedad del País Vasco, concretamente, todo lo relacionado con el independentismo y, además, de manera muy concreta, con la izquierda independentista.
En el documento hemos podido saber que se daban recomendaciones a los policías como ésta: “Atención especial merecen los jóvenes, aunque su familia sea respetable: pueden ser informadores. Vigile a los amigos de sus hijos, y cuando en su casa se den reuniones de gente joven”.
Podría pensarse que lo que se viene persiguiendo no es tanto el terrorismo en sí, sino una ideología: la del independentismo
Durante cuarenta años han conseguido convencer a la población (no a toda) de que los independentistas de izquierda vascos eran todos de la ETA. Con todo lo que hemos visto hasta aquí, seguramente hemos encontrado cosas que probablemente desconocíamos: desde el significado de las palabras, al uso de la tortura, hasta las recomendaciones del Plan ZEN. Cabría ahora preguntarse qué ha ocurrido, concretamente, con el caso Bateragure, después de la sentencia que conocíamos el martes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Arnaldo Otegi ha hecho referencia estos días a todo lo que te hemos explicado, brevemente, en este vídeo: el Plan ZEN, y todas las medidas que se han llevado a cabo para tratar de convertirlo todo en ETA. Incluídos los procesos de diálogo y de paz, como fue el caso por el que estos líderes abertzales estuvieron más de seis años en prisión.
Podría pensarse, a tenor de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ―que ha sentenciado que el juicio no fue justo ni el tribunal fue imparcial―, que lo que se viene persiguiendo no es tanto el terrorismo en sí, sino una ideología: la del independentismo.
Sirva esto para conocer de qué puede llegar a ser capaz el Estado ante la amenaza que le supone el planteamiento soberanista de las nacionalidades que conviven en España. Nos servirá para poder comprender mejor lo que le está ocurriendo ahora mismo en el independentismo catalán.
El problema que tiene España no es Catalunya. No son los catalanes. Son todos los que piensan y defienden planteamientos que no vayan en línea con el nacionalismo español, que está dispuesto a pasar por encima de la democracia y del estado de derecho si se cuestiona la sacrosanta unidad de España.