Esta semana pasada las calles de Lisboa (y quiero decir, como testigo que fui, todos y cada uno de las calles de la capital portuguesa) se han llenado de jóvenes miembros del fandom probablemente más extendido del planeta. No me refiero a los k-popers, ni a los seguidores de Harry Styles, ni siquiera a los socios del Barça, sino al fandom más antiguo de la historia: el cristianismo.
La Jornada Mundial de la Juventud es un encuentro que agrupa, cada tres o cuatro años, centenares de miles de jóvenes católicos de todo el mundo. La de este año, en Lisboa, ha reunido más de 1.500.000 creyentes, con visita incluida del Papa Francesc. La JMJ es el gran ejemplo que, por mucha historia que tenga un movimiento, necesita adaptarse a la Generación Z. Y eso quiere decir, sorpresa, hacerse un espacio en las redes sociales.
El encuentro de este año no ha pasado desapercibido, empezando por la contribución de los mismos asistentes. TikTok se ha llenado de pedacitos de las jornadas y vlogs de los creyentes, en todos los idiomas y formatos posibles. La intención que tienen los vídeos es, sobretodo, enseñar al mundo que al encuentro no se asiste solo para rezar, sino para crear comunidad y sentirse acompañado en la fe. Es por eso que algunos de los vídeos más virales han sido de conciertos o de la multitudinaria acampada final al aire libre.
Pero seguramente lo que más lejos ha llegado ha sido la actuación del Padre Guilherme, el cura hecho DJ, que despertó a los asistentes a golpe de música electrónica. La imagen es, prácticamente, la versión religiosa del Primavera Sound. Y es que el Padre Guilherme es el paradigma del acercamiento de la Iglesia católica al código de comunicación que requieren las redes. El cura ya era conocido antes de su actuación en la JMJ por sus vídeos sobre catolicismo con un lenguaje bien GenZ, bailes incluidos. Aquí las pruebas.
Durante el último año hemos visto que la JMJ no ha sido el único intento de la Iglesia de acercarse a la juventud. Hace unos meses, el estreno del documental "Amén: Francisco responde" en Disney+, provocó aquello que los compañeros de EnBlau denominarían "la red hierve". Seguidores y disidentes comentaban las preguntas y respuestas que los jóvenes participantes del documental, de diferentes ideologías y procedencias, le proponían al Papa.
Otro ejemplo son la nueva generación de grupos cristianos que quieren apelar especialmente a la juventud. Hakuna, una rama católica y joven de la Iglesia, que hace encuentros y tiene un grupo musical, también participó de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Si no eres un habitual del nicho católico en TikTok, puede ser que los conozcas por su canción "Huracán" y, consecuentemente, por la versión máquina que hizo Rodol VX. Hakuna pidió que sacaran esta última de Spotify.
A pesar de todo el contenido positivo en la red con respecto a la JMJ, las redes también dan voz a aquellos que no tienen, el verdadero colectivo oprimido, aquellos que han sufrido las consecuencias del encuentro de jóvenes cristianos mayor del mundo (nótese la ironía, por favor): los turistas que decidimos visitar Lisboa precisamente durante la visita del Papa Francisco, muy probablemente, sin saberlo. Es el caso de este grupo de chicas: "Cuándo planeas un viaje de chicas a Lisboa, pero Jesús tiene otros planes". Y tanto, si los tenía, otros planes.
No podemos evitar acabar la Brújula Viral haciendo referencia al contenido más viral relacionado con la Iglesia de los últimos tiempos: el Papa Francisco vestido con una chaqueta blanca al estilo Balenciaga. Las imágenes fueron generadas con inteligencia artificial y, evidentemente, el creador no tiene nada que ver con el catolicismo, al menos que sea público. Quizás algunos piensan que estaría bien que el Papa se convirtiera en el "drippy pope".