Carme Chacón y Jorge Fernández Díaz se las han tenido este viernes a cuenta de la guerra contra el terrorismo del Estado Islámico en Siria. La número uno socialista por Barcelona a las elecciones generales del 20D, se preguntaba: "¿Tiene España que bombardear Siria para ayudar a Francia? Mi respuesta es no. Si hay que bombardear, lo tienen que hacer los países árabes que quieran acabar con el Daesh (Estado Islámico, EI)". El ministro del Interior, desde la radio pública, ha replicado que "evidentemente" España ayudará Francia en la lucha contra el EI cuando se le solicite y ha recalcado que nadie en la UE "ha prestado, presta y sin duda seguirá prestando" tanto apoyo al país vecino como España:
La exministra de Defensa del gobierno de Zapatero también se opone a enviar soldados a Siria: "Yo no veo botas sobre el terreno [eufemismo inglés de "soldados”] en Siria, ni de España ni de otros países”, ha dicho en el mismo programa. Este es el terreno resbaladizo adonde Chacón quiere atraer al Gobierno popular. En el Foro Europa, este jueves, exigió al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que explique qué le ha pedido Francia que haga España en Siria en respuesta a los atentados de París. Se refería a si el primer ministro francés, Manuel Valls, le ha solicitado que releve a sus tropas en Mali para dedicar más soldados franceses al conflicto sirio.
Un PP más experto
De momento, el PP se defiende bien en este terreno resbaladizo. Defensa tiene preparada la contingencia malí, pero parece que todavía no hay una petición francesa en firme. Este jueves, además, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha dicho que "no hay más solución que la militar" para "eliminar" las posiciones del EI en Siria, Iraq, Libia o Mali. Es decir, "botas sobre el terreno". Pero sólo es una finta. Acto seguido ha asegurado que una intervención militar "sin el apoyo de la opinión pública" no es posible, "por fuertes que sean los gobiernos". Seriedad y redaños, una vez bien aprendidas las lecciones del 2004 y, de rebote, codazo a Aznar, que hizo justamente lo contrario hasta que le cayeron encima los atentados del 11M. Muy fino. También el embajador de Francia, Yves Saint-Geours, este viernes ha dicho que la campaña electoral que arrancará el viernes próximo hace que, para el Gobierno español, "no sea tan fácil tomar decisiones" que concreten su lucha contra el Estado Islámico en el terreno militar. Fino también. Mientras, el ministro del Interior ha procurado sumar un poco de gesticulación, convocando el mismo jueves el pacto antiyihadista para presentar cuatro nuevos socios: un partido en estado de necesidad como es Ciudadanos y tres minoritarios que no pueden negarse. El mensaje es: trabajamos, estamos unidos.
¿Un nuevo 'No a la guerra'?
Chacón, sin embargo, evoca oblicuamente la campaña del 2004, marcada por la decisión del gobierno del PP de intervenir a la guerra de Iraq –en contra de todos y todo– y por la tóxica gestión oficial de los atentados del 11M, tres días antes de las elecciones generales: diez explosiones simultáneas en tres trenes de cercanías, 191 muertos y unos 1.700 heridos. El PP tenía las elecciones ganadas, pero el 11M "desencadenó un tenso proceso de toma de decisiones en aproximadamente millón y medio de personas, condensado en pocas horas (...) que se abatió contra el PP", como explica el profesor José Antonio Gómez Yáñez; "una coordinación repentina de millones de votantes, consumada en 48 horas", en palabras de Josep M. Colomer. Los bombardeos sobre Siria pueden acabar haciendo víctimas aquí, vía "coordinación de choque", o volviéndose contra el PSOE si se opone tajantemente al apoyo que otros gobiernos occidentales y Rusia ya ofrecen al presidente francés François Hollande. El asunto ha entrado en campaña para quedarse. De la mano de Carme Chacón, aquellas bombas son ya alguna cosa más que un lejano y confuso ruido de fondo asociado a Francia y Rusia. Podemos y su entorno, la otra izquierda que disputa el espacio al PSOE, ya se han enganchado al argumento. Son ya tres los días que la exministra de Defensa pasa por el circuito radiotelevisivo matinal dejando caer sutilmente que la Siria y el Estado Islámico del 2015 son Iraq y el Al-Qaeda del 2004 (y el Rajoy de los 2015 es el Aznar del 2004). En unas elecciones que para el PSOE se presentan tan cerradas como las del 2004, todo vale: un asunto tan envenenado puede marcar la diferencia a su favor y convertirlo en el partido más "pactable" en el futuro hung parliament, un Congreso colgado, sin mayoría clara, donde todos los acuerdos son posibles.