Empezar el año con buenos propósitos es casi una tradición, pero cumplirlos es otra historia. Entre esos buenos propósitos siempre hay uno que se repite independiente de si eres hombre o mujer, mayor o menor, casado o soltero, alto o bajo… “¡Este año voy a llevar una vida más saludable!”. ¿Te suena? Si lo que buscas es sentirte mejor contigo mismo sin caer en dietas extremas o sacrificios imposibles, esos que siempre terminan mal, estos 10 consejos de nutrición son tu hoja de ruta.
Los 10 consejos de nutrición para un año nuevo saludable que debes conocer
Desde pequeños cambios que apenas notarás hasta trucos para disfrutar comiendo sin culpa, aquí tienes la clave para un año nuevo más saludable y, por qué no, más feliz.
No te saltes el desayuno
El desayuno sigue siendo la comida más importante del día, por mucho que algunas modas te quieran meter con calzador la idea del ayuno intermitente. Dale a tu cuerpo un empujón con proteínas, carbohidratos saludables y algo de fruta. Si eres de los que no tienen hambre temprano, puedes dejarlo para más adelante, pero sin pasarse.
Dale color a tu plato
Haz que tu plato parezca un arcoíris (y no, no vale solo poner Lacasitos). Incluir frutas y verduras de distintos colores es asegurarse que ese plato incluye una buena variedad de vitaminas y antioxidantes. Además, los colores entran antes por los ojos y es mucho más apetecible.
Bebe agua como si tu vida dependiera de ello
A veces pensamos que tenemos hambre, pero en realidad solo estamos deshidratados. Mantén una botella de agua cerca y bebe a lo largo del día. Si te aburres del agua, añade rodajas de limón o unas hojas de menta para darle un toque. Las infusiones cuentan, los refrescos no.
Los carbohidratos no son el enemigo
La pasta no es mala, aunque esa tercera ración sí lo sea. Los carbohidratos integrales, como el arroz integral o la quinoa, son buenos aliados si los combinas con proteínas y grasas saludables.
Ponle freno al azúcar
Y no solo a los dulces y las chucherías. El azúcar oculto está en todas partes: salsas, bebidas y hasta en alimentos que parecen “light”. Cambia los refrescos por agua con gas y prueba especias como la canela para endulzar sin remordimientos todo tipo de bizcochos y postres.
Reduce la carne roja por el bien de tu corazón y el planeta
La carne roja está bien para ocasiones especiales, pero no hace falta que sea el protagonista de cada comida. Prueba a sustituirla por legumbres, pescado o incluso tofu. Menos filetes y más guisos de lentejas, que son baratos y deliciosos.
Di adiós a los ultraprocesados
No tienes que renunciar a tus snacks favoritos, pero es buena idea reducir los ultraprocesados. Están repletos de sal, aditivos y químicos. Busca opciones más naturales o haz tus propias versiones caseras. Al principio cuesta, pero cuando te das cuenta de que esas galletas llevan más nombres químicos que ingredientes reales, todo cambia. No solo lo agradecerá tu cintura, también tu salud en general.
Menos frutas exóticas y más manzanas
No hace falta dejarse el sueldo en aguacates o mangos traídos desde la otra punta del mundo. Las manzanas, peras y naranjas son igual de nutritivas, mucho más asequibles y, además, apoyas la producción local. Y recuerda el dicho “más sano que una manzana”.
Come despacio
Vale estar estresado en el trabajo, pero en la mesa tómate tu tiempo para masticar y disfrutar los sabores. Comer despacio no solo mejora la digestión (tendrás menos gases), también evita que termines comiendo más de lo que tu cuerpo necesita. Y, además, ¡sabe mejor!
¡Muévete!
No importa cuántos superalimentos comas si pasas el día pegado al sofá. El sedentarismo es el peligro número uno de nuestra salud. Encuentra una actividad que te divierta: bailar, nadar, correr o simplemente caminar. El movimiento no solo quema calorías, también mejora el ánimo, y un cuerpo en movimiento es siempre un cuerpo más feliz.