Seguro que más de uno tenéis en casa un culín de whisky muerto de risa, producto de alguna fiesta pasada, al que no sabes cómo dar salida. Afortunadamente, la cocina viene al rescate de todos aquellos que tenéis ese último trago y queréis aprovecharlo para que se dé una vuelta por los fogones. Hoy queremos compartir un par de recetas más que interesantes para que podamos darle al whisky una salida sabrosa de nuestra bodega.
El whisky da un extra de sabor muy característico
Solomillo al whisky:
Para este fantástico plato necesitamos un buen solomillo de cerdo, ya sea ibérico o de cebo. El resto de ingredientes son sencillos, whisky, no hace falta que sea de doce años, el que tengamos por casa estará bien, unos ajos, cebolla y un poco de zumo de limón, son todo lo que necesitamos para preparar esta carne de forma sabrosa y rápida.
Preparación:
- Limpiamos el solomillo de cerdo de restos de grasa que pueda tener y lo limpiamos bien con un papel de cocina. Cortamos el solomillo en medallones de 1,5 cm. de grosor.
- Calentamos un chorrito de aceite en una sartén amplia y marcamos los medallones de solomillo de cerdo. Se trata de marcarlos, no de freírlos o cocinarlos totalmente.
- Pelamos la cebolla y la cortamos en daditos. Pelamos también los dientes de ajo y los dejamos enteros. En la misma sartén en la que hemos marcado la carne, vamos a hacer la salsa de whisky. Añadimos un chorrito de aceite de oliva y, cuando esté caliente incorporamos la cebolla troceado y los ajos enteros.
- Sofreímos las verduras hasta que la cebolla esté blandita, unos 15 o 20 minutos a fuego medio bajo, removiendo de vez en cuando para evitar que se queme.
Preparación final y presentación del solomillo al whisky
- Añadimos el whisky a la sartén y dejamos que se evapore el alcohol durante 2 o 3 minutos. Incorporamos el zumo de limón y salamos. Cocinamos durante 10 minutos más. Podemos pasar la salsa por la batidora o el pasapuré o dejarla tal cual, encontrándonos los tropezones.
- Incorporamos los medallones de carne a la sartén con la salsa y cocinamos durante 3 minutos más. Servimos la carne bien caliente acompañada de unas patatas fritas regadas con la salsa de whisky, para chuparse los dedos.
Tarta al whisky:
La segunda receta que os presentamos es una clásica tarta al whisky. El resultado es espectacular, cremoso, la yema tostada es una maravilla, y está rica tanto congelada, como descongelada
Preparación:
- Forrar un molde desmontable con papel de horno o film plástico, para que sea fácil sacar la tarta terminada. Cubrir el fondo con una capa de bizcochos, sobaos o similar.
- Para hacer el almíbar: echar el agua, el azúcar y la mitad del whisky en un cazo, calentarlo todo hasta que hierva y mantenerlo en ebullición unos 10 minutos.
- Emborrachar generosamente el bizcocho con el almíbar.
- Si se usa la vainilla natural, abrir la vaina y raspar su interior con una cuchara rescatando las semillas.
- Montar la nata en un bol grande. Aparte, batir la leche condensada con el queso, la vainilla y el whisky que había sobrado. Verter esta mezcla sobre la nata montada, poco a poco y mezclando suavemente para no perder su textura esponjosa.
- Echar la crema sobre el bizcocho, tapar el molde y meterlo en el congelador varias horas, hasta que esté firme.
- Para hacer la cobertura de yema: remojar la hoja de gelatina en un vaso de agua fría. Preparar un almíbar con el mismo peso de las yemas en azúcar y agua, hirviéndolo hasta que espese ligeramente sin coger color e introducir dentro de él la gelatina escurrida. Batir las yemas en un cuenco y verter encima el almíbar en forma de hilo, batiendo sin parar con unas varillas.
- Sacar la tarta del congelador, esparcir por encima la crema de yemas y volver a congelar bien tapada.
- Sacar 20 minutos antes de servir, desmoldar y espolvorear con azúcar para quemarlo con un soplete y crear una superficie acaramelada. Opcionalmente, decorar los bordes con almendra, nata montada o ambas cosas.