El ketchup es una de las salsas más populares en el mundo, y aunque parece un condimento simple, guarda secretos sorprendentes en su historia y composición. A continuación, te comparto tres curiosidades sobre el ketchup que probablemente no conocías y que revelan que esta salsa es mucho más interesante de lo que parece.

3 cosas que te sorprenderán sobre el ketchup

El ketchup no siempre fue de tomate

Hoy en día, asociamos el ketchup con los tomates, pero originalmente no contenía este ingrediente. El ketchup se remonta a la antigua China, donde se preparaba una salsa fermentada llamada "ke-tsiap" a base de pescado, vinagre y especias. Los marineros británicos descubrieron esta salsa en el siglo XVII y la llevaron a Europa, donde se adaptó de diversas formas. Fue en Estados Unidos, a inicios del siglo XIX, cuando se le comenzaron a añadir tomates, dando origen al ketchup como lo conocemos hoy. La versión de tomate se popularizó gracias a su sabor dulce y ácido, convirtiéndose en un ícono de la gastronomía estadounidense.

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Ketchup, una salsa clásica / Foto: Unsplash

Contiene una cantidad sorprendente de azúcar

Aunque solemos pensar en el ketchup como un condimento salado, la verdad es que el azúcar es uno de sus ingredientes principales. Una sola cucharada de ketchup puede contener hasta 4 gramos de azúcar, lo que equivale a aproximadamente una cucharadita. Esto se debe a que el azúcar ayuda a equilibrar la acidez del tomate y el vinagre, y contribuye a la consistencia y al sabor característico de la salsa. Las versiones comerciales suelen tener jarabe de maíz de alta fructosa, un edulcorante que incrementa aún más su contenido de azúcar. Esto significa que, aunque el ketchup parezca inofensivo, es importante consumirlo con moderación, especialmente para quienes buscan reducir su ingesta de azúcares añadidos.

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Ketchup casero / Foto: Unsplash

Su textura perfecta se debe a un proceso químico único

El ketchup tiene una consistencia única: no es tan líquida como el jugo de tomate ni tan espesa como la pasta de tomate. Esta textura se debe a un proceso llamado "tixotropía", que permite que el ketchup se vuelva más fluido cuando se agita o se aplica presión, pero recupera su espesor cuando se deja reposar. Este fenómeno es el responsable de la clásica experiencia de tener que golpear la botella para que salga el ketchup. Además, los fabricantes agregan agentes espesantes, como la goma xantana o la goma guar, para mejorar esta consistencia y lograr que se mantenga estable en diferentes condiciones de almacenamiento y transporte.

Estos tres aspectos revelan que el ketchup es mucho más que una simple salsa de tomate. Su origen histórico, su composición rica en azúcar y su textura controlada químicamente hacen del ketchup un producto fascinante con una historia tan compleja como su sabor.