La escalivada, ese plato tradicional de la cocina catalana, es una verdadera joya que ha pasado de generación en generación. Para muchos, el sabor de la escalivada está íntimamente ligado a recuerdos de la infancia y, en especial, a la cocina de la abuela. Si quieres recrear esa deliciosa experiencia, aquí tienes tres trucos infalibles para que tu escalivada quede como la que hacía tu abuela.
3 trucos para hacer la mejor escalivada
Selecciona ingredientes frescos y de calidad
El primer truco para lograr una escalivada auténtica y sabrosa es empezar con ingredientes de la mejor calidad. La escalivada se compone principalmente de pimientos, berenjenas, cebollas y tomates. Asegúrate de elegir verduras frescas y, si es posible, de origen local. Las abuelas solían ir al mercado y seleccionar cada ingrediente con cuidado, valorando su frescura y origen. Opta por pimientos rojos carnosos, berenjenas firmes y sin manchas, cebollas dulces y tomates bien maduros. La frescura y la calidad de los ingredientes son la base para una escalivada deliciosa y auténtica.
Asado a la brasa o en el horno, pero con paciencia
El asado de las verduras es el corazón de la escalivada. Tradicionalmente, este plato se hacía asando las verduras en brasas, lo que les confería un sabor ahumado inigualable. Si tienes la posibilidad de usar una parrilla, hazlo, ya que imitarás ese toque especial que solo las brasas pueden dar. Si no dispones de una parrilla, el horno es una excelente alternativa. Precalienta el horno a una temperatura alta, alrededor de 220 °C, y coloca las verduras enteras en una bandeja.
La escalivada es una verdadera joya que ha pasado de generación en generación
Asa las verduras con paciencia, girándolas ocasionalmente para que se cocinen uniformemente y se caramelicen ligeramente. Este proceso puede llevar de 45 minutos a una hora, dependiendo del tamaño de las verduras. La clave está en la paciencia: no te apresures, ya que un buen asado toma tiempo.
Pela y aliña con cuidado
Una vez asadas, las verduras necesitan ser peladas con delicadeza. Las abuelas sabían que dejar reposar las verduras asadas cubiertas con un paño o en una bolsa de papel facilita la tarea, ya que el vapor ayuda a desprender la piel. Una vez peladas, corta las verduras en tiras y colócalas en una fuente. El aliño es crucial para resaltar el sabor de la escalivada: utiliza un buen aceite de oliva virgen extra, un toque de sal marina y, si te gusta, un poco de ajo picado. Mezcla todo suavemente para no romper las tiras de verduras y deja reposar un rato antes de servir, permitiendo que los sabores se mezclen y se intensifiquen.
Siguiendo estos tres trucos, podrás recrear esa escalivada que tanto te recuerda a tu abuela. Selecciona ingredientes frescos, asa con paciencia y aliña con cuidado. Con estos sencillos pasos, tendrás un plato lleno de sabor y tradición, perfecto para cualquier ocasión.