Todas las personas sabemos que comer en casa es mucho más saludable para nosotros, ya que controlamos de manera adecuada la cantidad de alimentos que necesitamos realmente, pero tienes que realizarte una pregunta muy importante. A la hora de comer, ¿prefieres hacerlo en tu casa o en la calle? Obviamente, la mayoría de las personas se van a inclinar por ir a comer en la calle, por el simple motivo de que es mucho más cómodo y práctico y que puedes elegir entre muchas comidas disponibles y descuentos que llaman mucho nuestra atención. Lo que tienes que tomar en cuenta es que en la calle se gasta mucho más de lo que tenías planeado a la hora de comer. Por ello, te traemos 6 trucos que los restaurantes utilizan para hacerte comer más y hacer que la cuenta al final suba considerablemente más de lo esperado.
La mayoría de las personas se van a inclinar por ir a comer en la calle antes que en casa
1. Ofrecer productos que sabes que no querrás
Son las preguntas trampa de los restaurantes: ofrecer una segunda botella de vino para que acabemos pidiendo «solo una copa»; o el aparentemente inofensivo «¿cóctel o postre?» para que –ellos lo saben– nos decantemos por el primero (percibido, a menudo erróneamente, como una opción menos calórica.
2. ‘¿Algo para acompañar?’ Alerta con la respuesta
Suele hacer referencia a los platos más económicos de la carta, por lo que no tendemos a pensarlo dos veces. Cuando queremos ahorrar deberíamos tener en cuenta que, hasta las minucias, todo suma en una cuenta que puede acabar siendo involuntariamente abultada.
3. Traer el vino primero
No es ningún secreto que tras una copa somos más fáciles de persuadir. Pero es que, además, tenemos más hambre. Un estudio de 2015 publicado en la revista Obesity halló que, tras un solo trago, el deseo de comer se dispara: un escáner reveló a los científicos que se debe a la influencia del hipotálamo, que en ese momento responde más activamente al olor de los alimentos.
4. Cuidado con los ‘platos cebo’
Frente a una buena carta, somos como el pez que se encuentra con un goloso anzuelo. ¿Por qué no probar a poner un segundo económico, pero de rentabilidad media? Se venderá solo. Los diseñadores también pueden hacer recuadros que atraigan tu atención hacia la alternativa más rentable para el restaurante. Si observas un bonito filete alrededor de un plato de la carta, sospecha: es probable que sea uno de los que más margen de beneficio aporta al restaurante.
5. Limitar el número de platos disponibles en cada categoría
Demasiadas opciones nos hacen sentir abrumados, por lo que vamos directamente a platos que ya conocemos y dejamos fuera a otros de nivel superior. Un estudio de la Universidad de Bournemouth, en el Reino Unido, ha calculado la cantidad óptima de ofertas por categoría que somos capaces de asimilar: 6 en los restaurantes de comida rápida y de 7 a 10 en los de más nivel.
6. Las comidas étnicas para que el plato parezca más auténtico
Términos étnicos o geográficos, como un nombre italiano, ayuda a que los clientes tomen en consideración determinados platos y destaquen de ellos ciertos sabores y texturas.