El lunes 30 de enero está reservado por un producto gastronómico muy amado por todo el público que disfruta comiendo dulces. Estamos hablando del croissant porque el penúltimo día del primer mes del año es el Día Internacional del Croissant. A continuación, te llevamos un listado con siete curiosidades que quizás no sabías sobre uno de los alimentos más vendidos en las pastelerías.

1. Kipferl, el antecesor del croissant

Los expertos culinarios coinciden en que el prototipo del cruasán actual es el kipferl, que apareció por primera vez en Austria en el siglo XIII. Los kipferls son pastas pequeñas, curvas y dulces hechas principalmente con demasiado de levadura. Tienen más sabor de panecillos y, a causa de la falta de laminación (el proceso de doblar y enrollar la mantequilla en la masa una vez y otra para crear capas finas), no tienen la textura escamosa característica de los croissants que tanto les caracteriza.

2. Una de las grandes leyendas alimentarias

La historia de los cruasanes es, literalmente, una leyenda. Un cuento que explica que el cruasán fue elaborado por un panadero vienés después de que la ciudad derrotara el ejército otomano a la batalla de Viena en 1683. Para conmemorar la victoria de la ciudad sobre los turcos otomanos, el panadero creó una pasta especial en forma de media luna, símbolo del Islam y de la bandera otomana. Así, cada bocado de la pasta sería una expresión simbólica de la derrota abrumadora del bando otomano.

3. La popularización del kipferl, por Augusto Zang

La evidencia histórica atribuye al empresario austríaco Augusto Zang la introducción y la popularización del kipferl, el prototipo del croissant actual, en Francia. En 1838, Zang abrió la primera panadería vienesa a París. Situado en el número 92 de la Rue Richelieu, la boulangerie de lujo de Zang se especializaba en pan y pastas de su Viena natal, sobre todo el kipferl.

Con la ayuda de su horno de vapor patentado, los kipferl de Zang eran notablemente más escamosos que los pasteles tradicionales a los cuales estaban acostumbrados los franceses en aquel momento. El kipferl se hizo popular rápidamente y muchos imitadores franceses se inspiraron en este producto gastronómico.

4. El inicio de los croissants

Aunque el kipferl se había establecido firmemente en Francia en el siglo XIX, todavía estaba muy lejos de la pasta que conocemos hoy día. De hecho, el croissant, tal como lo conocemos, nació al principio del siglo XX cuando los pasteleros franceses sustituyeron la masa tipo brioche por el hojaldre con levadura y abundantes cantidades de mantequilla.

El croissant nació a principios del siglo XX

El año 1905, en el libro del chef Auguste Colombié, Nouvelle Encyclopedie Culinaire, apareció una receta que utilizaba masa de hojaldre en lugar de masa de brioche. Además, en 1915, el pastelero francés Sylvain Claudius Goy publicó una receta de cruasán con una masa de hojaldre quitado, pidiendo que el hojaldre enrollado fuera con levadura y laminado con mantequilla.

5. El inventor de la receta

Esta innovadora técnica de capas de grasa y demasiado en una laminación característica sigue siendo el núcleo de cómo surgió el cruasán francés actual. Cambió completamente la textura y la sensación de boca de este dulce de manera significativa, dando lugar a un ejemplar más inflado y crujiente con capas bien diferenciadas en comparación con el kipferl introducido por Zang a la década de 1830.

Pronto, el croissant de mantequilla hecho con hojaldre con levadura casi había eclipsado completamente a su predecesor austríaco. Sin embargo, uno de los hechos más intrigantes del cruasán es que nadie sabe con certeza quién inventó la receta moderna del cruasán francés.

6. El cruasán, para la burguesía y aristocracia

Durante el siglo XIX, el cruasán, todavía en su forma de kipferl, empezó como un alimento para los ricos porque los ingredientes de la cocción como los huevos y la mantequilla eran muy caros. El alto precio de estos ingredientes hizo que el cruasán no fuera asequible para todo el mundo. No fue hasta al principio del siglo XX cuando los precios de estos productos disminuyeron, los cruasanes se hicieron más accesibles y asequibles para el francés medio. A partir de entonces, el cruasán se convirtió en un elemento familiar a la vida cotidiana francesa.

7. Los ingredientes de un croissant clásico

Pueden existir otras variaciones, pero el cruasán clásico está hecho a partir de los siguientes ocho ingredientes: mantequilla, harina, agua, leche, levadura, azúcar, sal y huevos.