En muchas ocasiones nos centramos tanto en las propiedades de un producto que nos olvidamos si realmente lo necesitamos o cuándo es el momento idóneo. Y un ejemplo claro son las infusiones. Por regla general, elegimos una infusión siguiendo el consejo de un conocido. O, en otros casos, por algo mucho más simple, por su sabor. Que no deja de ser una razón igualmente válida y respetable, ya que no hay nada más placentero que consumir un producto cuyo sabor nos parece agradable.
En verano dormimos peor
Sabemos que las infusiones tienes propiedades diferentes dependiendo del tipo de plantas que se utilicen. De hecho, estas propiedades incluso pueden variar si se aprovechan las raíces o las hojas. Una vez identificado cuál es el problema y qué planta es nuestra mejor aliada, también hay que pensar en el momento del día en el que esta tendrá un efecto más potente en nosotros. Y esto puede cambiar por completo de una persona a otra, aunque suelen presentarse muchísimas más coincidencias de las que podamos creer.
Esto es un hecho y está derivado de muchos factores que hacen del verano la época favorita de muchos, a pesar de no dormir. Obviamente, el primer motivo es el calor (a no ser que esquives las olas de calor en lo más alto de la montaña). En estas fechas también tenemos una vida social más amplia en la que invertimos gran parte de nuestro tiempo libre (que no en dormir). Y, de aquí, podemos extraer uno de los motivos principales por los que dormimos peor en verano, el cambio de dieta. Y todos sabemos que irnos a la cama con el estómago muy lleno (no siempre de productos sanos y sí regados con cervezas, refrescos o bebidas que no son agua) no ayuda a conciliar el sueño.
La solución a las noches de insomnio
Después de varios días de prueba y error, he encontrado la solución a mis noches de insomnio (o en parte) y es tan simple, tan clásica y tan asequible como una manzanilla. Sí, sí, una manzanilla. Y, además, he necesitado muy pocos días para darme cuenta de que esto es todo cuanto necesito. Debido a sus propiedades, podemos decir que la manzanilla es una de las infusiones más completas que podemos encontrar. Por una parte, y tal vez la más conocida, la manzanilla es excelente a la hora de solucionar problemas digestivos, entre los que incluimos digestiones pesadas, empachos e incluso gases.
Por otro, la manzanilla calma los nervios y ayuda a rebajar tensiones. Algo ideal para conciliar el sueño de forma natural. Y hay un detalle más. Entre sus propiedades también destacan el poder antiinflamatorio lo que se traduce en que puede reducir dolores de cabeza, por ejemplo, muy habituales a ciertas horas del día ya sea por el calor o por exceso de trabajo y falta de sueño. Tan versátil es la manzanilla que no solo nos permite solucionar de unos sorbos varios problemas, también admite su consumo en frío y así refrescarnos en las noches más calurosas. ¿No la has probado? Puedes dejarla en el frigorífico unas horas o añadir un poco de hielo.
Un último consejo
Solo un detalle más. No te tomes la manzanilla justo antes de irte a la cama. En parte porque, como todo, esta infusión necesita tiempo para hacer su efecto. Pero también, y casi más importante, porque si no le das tiempo suficiente, te tendrás que levantar al baño a media noche. Para ser más exactos, justo cuando hayas dado con la postura perfecta y conciliado el sueño. Ahora sí, felices sueños.